"Trabajar para los animales", así define la situación que vive un agricultor de la parroquia silledense de Rellas. La finca de maíz, de unas dos hectáreas, es visitada a diario por una bandada de cuervos. "Hay sobre una veintena", alerta el dueño que asegura que acuden a comer la cosecha a primeras horas de la mañana y esto se repite desde hace años. Y no solo eligen esta finca, sino que no se salva ninguna de los alrededores.
A los destrozos ocasionados por estos pajarracos negros, que va unido a las molestias que ocasionan el fuerte ruido de sus graznidos, se suma la visita de otros animales: los jabalíes, que cada año son los culpables de gran parte de las pérdidas de los agricultores.
El propietario de la finca apunta que no utiliza ningún método para espantar a estos enemigos. "Lo que se tendrían que hacer sería más batidas", alude el propietario de la finca. Asegura que en algún año anterior solicitaron ayudas por los destrozos ocasionados, pero que no obtuvieron ni un euro. "Te mandan cubrir mucho papeleo, y total para nada, ya que al final no nos concedieron ninguna ayuda", afirma el agricultor afectado.
Ante la falta de una solución y viendo que los cuervos y los jabalíes siguen sirviéndose a su gusto de su cosecha el propietario decidió adelantar la tarea de ensilar. "En los próximos días lo haremos porque sino terminarán por comerse todo".