Gran parte de las explotaciones ganaderas de Deza y Tabeirós se enfrentaban ya ayer a las consecuencias directas de la huelga de entregas iniciada en la madrugada del viernes: los tanques de almacenamiento de la leche estaban al máximo de su capacidad. Aunque influyen distintos factores como la capacidad de almacenaje de las explotaciones, el tamaño de éstas o la fecha en que se hizo la última recogida así como la periodicidad, la mayoría de ganaderías vieron ayer ya desbordados sus tanques. Y ante este panorama, la solución más recurrente fue la de abrir los grifos y verter directamente la leche en sus propios pozos de purín. Tampoco pueden tirarlo en otras zonas ya que se enfrentarían a sanciones del Seprona ante la amenaza de contaminación de acuíferos.

Una de las explotaciones, como tantas otras, que se vio ayer en esta tesitura fue la del representante comarcal del sindicato Unións Agrarias, Román Santalla. Con una ganadería de unas 100 vacas, la leche del primer ordeño de la mañana de ayer, unos 2.000 litros ya fue directa para el estercolero. A ellos se sumaron poco después otros 4.000 litros. Una acción que se verán obligados a repetir periódicamente mientras se mantenga el bloqueo.

Desde su propia ganadería, situada en la parroquia lalinense de Palio, Santalla, arropado por otros ganaderos de la zona, entre los que se encontraba el edil de Gandeiría de Lalín, José Manuel Hermida, quiso aprovechar la ocasión para pedir a los ganaderos "un último esfuerzo porque si nos marchamos ahora dejaremos el trabajo a medio hacer". El productor y sindicalista reconocía que "eso de marcharnos a medias ya lo hemos hecho muchas veces por eso ahora tenemos que quedarnos para lograr garantías".

Santalla recordó que las reclamaciones de los ganaderos en estos momentos pasan por exigir garantías de cumplimiento por todas las partes frente al documento presentado el jueves pasado por la ministra de Agricultura en Madrid. "Exigimos que se fije una horquilla en la que se estipule un precio sostenible para la leche". Insisten tanto al Ministerio como a la Xunta que fije este baremo "que no nos digan que eso es ilegal porque tenemos el respaldo de la Comisión Nacional de Competencia".

Otra de sus reclamaciones es exigir un compromiso firme por parte de las industrias, que pase por verse plasmado ya en el papel y en los contratos de octubre. "Porque de lo contrario la propia declaración del presidente de la Xunta carecerá de sentido y corremos el riesgo de marcharnos para casa con una bajada de los precios de uno o dos céntimos", explicó el ganadero.

Santalla auguró, además, que "si los gobiernos no atienden a estas reclamaciones todos, tanto los que se han marchado como los que continuamos presionando tendremos serios problemas en diciembre, estaremos al borde del cierre". Por eso insistió mucho en pedir un esfuerzo extra a los ganaderos para "que resistan las presiones de todos los lados".

En la jornada de ayer, los intentos de las industrias por llevar a cabo recogidas en explotaciones de la zona fueron escasos y puntuales, debido, en gran medida, a los piquetes que actuaron ya el día anterior en varios puntos de Deza y que se mantenían alerta. Pero aún así hubo quien lo intentó apostando incluso por prácticas ilegales. "Sabemos que han estado recogiendo sin dejar los tíquets de recogida, es decir que los ganaderos no tienen constancia de quien les ha llevado la leche y así no tendrán garantías de cobro", explican desde Rodeiro en lo que para muchos es un "auténtico robo".

En la jornada de ayer, y pese al cansancio de la mayoría tras tantos días de protestas, ganaderos de la zona volvían a emprender el camino para continuar el bloqueo en las industrias. Ayer todas las industrias se mantuvieron bloqueadas. Un asedio que pretenden mantener, al menos, hasta el martes. A última hora de la tarde, la plataforma en defensa del sector lácteo volvía a reunirse para planear sus acciones de cara a los próximos días.