Tras cinco días de protestas en la capital gallega y un asentamiento de once días en Lugo, los ganaderos mueven ficha de nuevo con el inicio de una huelga de entregas. La decisión, adoptada en la tarde del viernes y que provocó cierta ruptura en el sector, implicó el bloqueo, ya de noche, a las distintas industrias lácteas repartidas por todo Galicia. Las últimas decisiones llevaban aparejada la respuesta contundente de productores de Deza y Tabeirós- Terra de Montes.

En la mañana de ayer, las reivindicaciones de los ganaderos se traducían en hechos. Los productores forzaban el seguimiento de la huelga de entregas con el boicot directo a la recogida. Su objetivo evitar que las industrias dispongan de leche, de ahí que se centrasen en los camiones de recogida. Uno de los escenarios donde se vivió esas presiones a la industria fue la cooperativa silledense Icos. Un grupo de ganaderos dezanos vació en las instalaciones cuatro cisternas de tres camiones de recogida de leche, dos de ellos de la firma asturiana Reny-Picot. Sobre las doce de la mañana, los productores derramaban 40.000 litros de leche, según las estimaciones de uno de los conductores afectados, ya que las cisternas tampoco estaban completamente llenas, puesto que los ganaderos habían forzado ya la interrupción de la recogida durante la mañana. Los transportistas tampoco opusieron resistencia a los ganaderos para evitar daños mayores en los vehículos y alegando que "estamos obligados a realizar la recogida" pero reconociendo que comprendían sus reivindicaciones. En algo más de veinte minutos los camiones vaciaron su contenido en las proximidades de un prado de sociedad agraria. Hasta el lugar también se desplazó una patrulla de la Guardia Civil que procedió a realizar algunas identificaciones entre los asistentes.

Pero la acción en la cooperativa silledense no se centró solo en las cisternas sino que también recayó en los trabajadores de la sociedad que realizaban labores agrícolas en fincas próximas. "Aunque no salgan a manifestarse al menos que tampoco estén trabajando mientras los demás estamos reivindicando una mejora para todos", explicaban. En este caso optaron por desinflar las ruedas de uno de los tractores picadores de maíz que se encontraba en plena cosecha. Tras reparar el vehículo el empleado anunciaba a los ganaderos que no continuaría trabajando. También en otras cooperativas de la zona se forzaba a paralizar la actividad agraria.

Pero no fueron los únicos camiones que perdieron su carga en la comarca, a lo largo de la jornada también se interceptaron otras cisternas en la zona de Rodeiro. En concreto se vieron afectados dos camiones de Leite Río y otro de Danone. Pese a ello algunos transportistas se aventuraban por la tarde a continuar con las recogidas, si bien, en su mayoría se vieron interceptadas ya fuera en la zona o en su camino hacia las plantas de procesamiento.

Desde la plataforma indicaban que en las comarcas la recogida de leche había sido paralizada. Si bien en algunas zonas, incluso se había adelantado la recogida a la jornada del viernes para evitar incidentes. Aunque la mayoría de ganaderos no acusaban grandes problemas de almacenaje aún en sus tanques, otros en cambio, ya habían tenido que tirar su leche en las propias explotaciones ante la falta de espacio.

El boicot también se extendió en Deza a otros puntos, como la quesería O Farelo, en Agolada, donde un grupo de ganaderos intentó colocar una pancarta de mañana. Mientras, en la quesería Hoxe, de Lalín, habían decidido ya suspender la recogida en la jornada de ayer por el anuncio de la huelga de entregas.

Tras conseguir la paralización en la zona, los ganaderos se repartían entre las distintas industrias para mantener la presión y relevar a los compañeros que habían pasado la noche bloqueando los centros. Así ganaderos de Lalín y Silleda bloqueban las plantas de Caldas y Vilagarcía, mientras productores de Rodeiro hacían lo mismo en Pontecesures. Al caer la noche, algunos se desplazaban incluso a la zona de Lugo.