El grupo de gobierno de Lalín solicita a la Xunta la puesta en marcha de una unidad de hemodiálisis ambulatoria en el municipio. La iniciativa se llevará vía moción al pleno de este mes y podría salir adelante, a la espera de la decisión que tome después la Consellería de Sanidade. Para el ejecutivo local la dotación de este servicio tendría que contar con todas las garantías de personal y medios técnicos, una vez que su principal objetivo sería el de evitar que los pacientes renales crónicos del municipio tuviesen que desplazarse varias veces por semana a Santiago de Compostela para someterse al tratamiento.

El concejal delegado de Saúde Pública, Nicolás González Casares, avanza que según sus estimaciones en la comarca hay un mínimo de 25 pacientes que se someten de forma continuada a hemodiálisis tradicional. La cifra de pacientes se mantiene, asegura Casares, y se mantendrá en el tiempo hasta que no haya otro tipo de tratamientos a su alcance y los datos epidemiológicos no varíen, aunque los afectados no sean los mismos.

La atención sanitaria especializada a los lalinenses se presta ahora en el Clínico de Santiago y ese centro está a más de 50 kilómetros de distancia, incluso más para los residentes en parroquias más alejadas del núcleo urbano. Gran parte de los pacientes crónicos precisan hemodiálisis una media de tres veces por semana, es decir, seis desplazamientos a Santiago en ambulancia o en coches particulares para unas sesiones a las que hay que desplazarse casi de madrugada y su regreso al domicilio no es antes de las 14.00 o 15.00 horas "y así todas las semanas del año".

Casares sostiene que la delicada salud de estas personas se complica con los desplazamientos, donde carecen de una asistencia especializada. "Llevamos años esperando por el Centro de Alta Resolución (CAR), pero en el caso de los pacientes crónicos, esta espera es mucho más angustiosa porque su delicada salud no permite aguardar tanto tiempo por esta infraestructura", dice.