El Concello de A Estrada no parece estar dispuesto a dejar que la concesión del matadero municipal se dilate en el tiempo, como se teme la Confederación Intersindical Galega (CIG), organización que esta misma semana hizo público que la anterior responsable de estas instalaciones -la firma Cocarga, en proceso de liquidación- habría utilizado la concesión como aval bancario para conseguir crédito. "Es un problema de quien propuso y quien aceptó esa garantía", se dijo ayer desde el ayuntamiento, después de subrayar que la administración municipal iniciará durante el próximo mes de octubre el expediente de rescisión de contrato de la concesión del matadero, la antesala para emprender una nueva adjudicación del servicio.

El acuerdo de rescisión debe ser sometido a pleno, de ahí que las previsiones del gobierno pasen por poder llevar el asunto a la sesión ordinaria correspondiente al próximo mes. Una vez haya sido formalizada la rescisión, el ayuntamiento tendría que apostar por un contrato menor para evitar que las instalaciones continúen sin actividad, justificando las razonas de emergencia y servicio público. Tras este paso, sacaría adelante una nueva concesión, con toda la tramitación que ello conlleva.

"Hay una concesión administrativa que genera derechos y obligaciones. Cuando no se cumplen las obligaciones, la concesión se rescinde", se apuntó ayer desde el gobierno local, considerando que la cuestión del aval por el que la CIG entiende "pillada" la concesión es una problemática exclusiva de quien propuso y quien aceptó ese tipo de garantía. De ello se desprende la impresión municipal de que en este caso podría haberse aceptado como garantía "algo que no es pignorable".

En todo caso, la intención del Concello es impulsar lo antes posible el relevo al frente de estas instalaciones municipales, tanto por el propio servicio que prestan -el cierre del matadero ha obligado a interrumpir esta prestación a los carniceros de la comarca, además de a clientes particulares, que ahora tienen que desplazarse hasta Santiago a Pontevedra, con el consiguiente recargo- como por el deterioro que pueda experimentar la maquinaria al estar parada.

Las mismas fuentes municipales reconocen que existen varias empresas que trasladaron al ayuntamiento su interés por esta concesión. Cocarga tenía todavía por delante 27 años más de gestión del matadero de A Estrada, teniendo en cuenta que asumió el servicio por un período de 50 años. Sin embargo, el servicio se ha interrumpido, algo que a buen seguro esgrimirá el ayuntamiento de cara a la rescisión de la concesión.