El gobierno de Lalín gozará de mayoría para sacar adelante las iniciativas que presente en el pleno de este mes, previsto para el próximo jueves día 24. La coalición que sustenta el ejecutivo formada por Compromiso por Lalín (CxL), PSOE y A Plataforma Aberta Cidadá (APAC) sumó tras la toma de posesión como alcalde de Rafael Cuiña 10 de los 21 escaños de la corporación municipal y hasta ahora dependió del único edil del BNG o de los 10 del PP para refrendar sus propuestas.
Este escenario no se repetirá al menos durante una sesión plenaria pues la renuncia del concejal electo del Bloque, Xosé Manuel López, deja a los nacionalistas puntualmente sin representación. ¿El resultado? El gobierno de integración tripartito liderado por Cuiña precisará, en caso del voto contrario del grupo popular a sus iniciativas, solo el voto de calidad de la presidencia del pleno para sacarlas adelante. López formalizó su renuncia en el consistorio el pasado sábado y la toma de posesión de su sustituto, Francisco Vilariño, está condicionada a la recepción de las credenciales y demás trámites comunes en estos casos. El que ya fue portavoz municipal del BNG en los gobiernos de José Crespo no regresará al salón de plenos, como mínimo, hasta el próximo mes de octubre. Pero además, tampoco han formalizado oficialmente -según fuentes municipales- la renuncia los tres candidatos del BNG que ocupaban cuatro puestos de la lista que encabezó Xosé Manuel López en los comicios del 24-M. Deben renunciar, para que Francisco Vilariño sea el único concejal de la formación frentista en el consistorio lalinense, los candidatos Xosé Luis Sucasas, Lupe Novoa y María José Buján. Y de momento no lo han hecho.
El gobierno ya adelantó algunas de las propuestas que se llevarán al pleno del día 24 y alguna no es precisamente baladí. Se trata de la creación del Consello Municipal de Benestar Social en la que tendrán presencia los grupos políticos y los agentes sociales. Otra es la puesta en marcha de la comisión del callejero. Aunque parte de las iniciativas se negocian lejos del salón de plenos, la aritmética es la que acaba dictando sentencia y máxime en un gobierno que es consiente de que no puede aprobar todas sus acciones al faltarle un concejal para la mayoría absoluta.
Al margen de esta situación puntual queda por determinar si el BNG, ya con Vilariño, entrará en el gobierno. Más que si lo hará o no, lo que está ya en la calle es la fecha en la que se formalizará este nuevo ejecutivo que ya tiene un pacto de gobierno y que el Bloque deberá respetar. El tiempo dictará si el posible gobierno de cuatro fuerzas es capaz de actuar como un grupo sólido, con un PP en proceso de reorganización tras su inesperada derrota y las consiguientes espantadas de ediles electos.
