Algunos de los colegios rurales de la zona buscaron hacer frente en más de una ocasión al descenso de la matrícula. Las hemerotecas recuerdan el ejemplo del Cabada Vázquez de Codeseda (A Estrada) o del Varela Buxán de Cercio (Lalín).
Codeseda lanzó en 2008 una campaña de captación de alumnos entre los escolares del casco urbano, con el apoyo y la colaboración del Concello de A Estrada. En ese momento el centro contaba con 10 profesores y tan sólo 56 alumnos (el año pasado tuvo 73). Precisamente en esa baja ratio por aula -que no superaba los 11 alumnos en el caso de la clase más numerosa- se hizo hincapié entonces para destacar la calidad de educación que ofertaba el centro, ubicado a 10 kilómetros de A Estrada en dirección a Forcarei. En ese momento se articuló cómo sería el uso del transporte escolar desde la villa para los interesados en matricular a sus hijos en este centro.
Mejorar y publicitar servicios para ganar estudiantes y asegurar la continuidad del centro fue la lucha que hace años emprendió el colegio de Cercio, capitaneada por la ANPA. Con su esfuerzo, la dotación de autobuses desde Lalín y un servicio de comedor consiguieron revertir la tendencia negativa de la matriculación.
En Vila de Cruces también se plantó cara a la baja matrícula de algunos centros. Padres de alumnos del colegio público de Merza y miembros de colectivos vecinales y culturales de la parroquia recogieron firmas en 2013 para pedir a la Consellería de Educación que no cerrase el centro, en peligro por su baja inscripción. El curso pasado una veintena de alumnos estudiaron en estas aulas, a razón de 5 en Educación Infantil y 14 en Primaria.
