"Potenciar la conservación y el registro de los bienes patrimoniales a modo local". Es el objetivo que persigue el colectivo La Unión con la propuesta de que la iglesia parroquial de Bermés, en el municipio de Lalín, sea reconocida como BIC (Bien de Interés Cultural).
Mª Luisa Otero, socia de la asociación y estudiante del Grado de Historia del Arte en la Universidad de Santiago, es la impulsora de tal petición. "La protección del patrimonio tiene que proceder desde más abajo", comenta Otero en relación a la necesidad de que sean los propios vecinos los que reivindiquen la conservación de los enclaves artísticos y de interés patrimonial de la zona. La idea fue propuesta en una reciente junta de la asociación y con un acuerdo generalizado, comenzarán a trabajar en ello en breve. "Nos parece interesante apoyar la iniciativa de María, es muy importante para que lo que queda de la iglesia se pueda conservar", apostilló Ángel López, presidente de La Unión.
La historia del templo de Bermés suma alrededor de 1.500 años, según informa el historiador local Armando Vázquez, que se encuentra trabajando en libro sobre la iglesia de Santa María. Este factor junto a la "singularidad de los elementos decorativos que conserva", prosigue Vázquez, constituyen la base de la argumentación y de la necesidad de proteger el santuario. En particular, señalan la importancia de sus canecillos románicos -las pequeñas vigas que sobresalen de la fachada y sostienen la cornisa-. En esta línea, aunque en referencia a los bienes de interés inmaterial, radican las actividades que acogió el santuario durante todo este tiempo. Una muestra es el reciente Clamor entre Bermés y la parroquia de Vilariño (Agolada), celebrado el pasado 23 de agosto y que, después de veinticinco años sin oficiarse, congregó a cientos de devotos.
Asimismo, desde La Unión denuncian el mal estado de la pintura del interior de la Iglesia de Bermés, debido a la proliferación de humedades en sus paredes. Y, también, tachan de "las malas soluciones a los problemas" el mantener el tejado cubierto solo con la uralita. Por ello, piden "conservar lo poco que nos queda", para frenar el deterioro continuado del templo y que, además, no se extravíen sus posesiones de valor. Un ejemplo de estas pérdidas, es la pila bautismal románica que fue sustituida por una de mármol en los años cincuenta, resuelve Armando Vázquez. La pila habría sido usada como recipiente para las obras de los panteones y, finalmente, vendida en la década de los setenta por 500 pesetas. También "cuatro capiteles de una calidad excepcional" fueron retirados del monumento y trasladados al museo de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra en 1929.
Reliquias
La declaración de la Iglesia de Santa María de Bermés como Bien de Interés Cultural no sólo garantizaría la conservación de la misma sino que, salvaguardaría las reliquias con las que cuenta. Un templo con su milenio de vida reúne diferentes estilos como el prerrománico patente en sus muros laterales. "La iglesia de Bermés (...) se nos revela como una obra de una calidad excepcional, al destacar dentro de la simplicidad desarrollada por los maestros rurales", se escribe en la Enciclopedia del Románico de Pontevedra, según los datos arrojados por Vázquez.
Aunque, por el momento, la asociación La Unión todavía se está organizando para presentar el devandicho trámite a Patrimonio, ya cuenta con la colaboración de una profesora de la Universidad de Santiago de Compostela y un primer acercamiento, en positivo, con el Concello de Lalín.
