Por quinto año consecutivo, el Foro para Cultivos Culturais, Focucu, de Lalín entregó ayer su reconocimiento anual a quien por su trayectoria, bien sea personal, profesional, cultural o vecinal "sea un ejemplo de concordia y progreso social". En esta nueva edición, el colectivo distinguió al lalinense Mario Lamazares y también quiso realizar un reconocimiento a los longevos laureles de O Rodo.

El colectivo explica abiertamente, que los criterios que siguen a la hora de entregar sus distintivos, consistente en una insignia en forma de hoja de laurel, es reconocer "aquello que a nuestro sentir tiene mérito social". Buscan, sobre todo, dar visibilidad "aquellas labores calladas de las que nos enteramos a base de convivencia, y que no son flores de un día" sino fruto de la constancia.

La elección de Lamazares atañe, entre otros aspectos, a su labor de "mecenas de largo recorrido" con iniciativas culturales llevadas a cabo en Lalín, entre las que se encuentran, por ejemplo, del proyecto 22 gramos de ouro, una de las últimas en contar con su respaldo. Insisten en premiar su buen hacer como "embajador vocacional" de su parroquia Maceira, de Lalín y de su Galicia natal en Madrid donde regenta varios establecimientos hosteleros. Una faceta que le permite "poner en valor nuestros productos de mar y agro", que también le ha valido el premio. Desde el colectivo también ensalzan su labor como "incansable etnógrafo", calificándolo de "ejemplo de constancia y mejora y abastecedor de aliento y esperanza".

Pero Focucu no solo fija su mirada en las personas, sino que va más allá y engrandece aquellos elementos inmateriales que puedan identificar a Lalín como una villa "buena y generosa". En esta categoría, destacan los laureles de O Rodo. Ponen de relevo que han sido un "ejemplo de resistencia en tiempos de desamor a los árboles", son en sí mismos "motivadores de perseverancia. Estos ejemplares son, además, "sustentadores de taludes, casas de pájaros y aromatizadores de nuestras cocinas". Para el colectivo, estos árboles son, asimismo, "esperanza de nuestros logros comunes y escuela rumorosa para un himno", cualidades por las que han merecido, sin duda alguna, este reconocimiento expreso.