El ruido de los motores fue el mejor despertador. O eso quedó reflejado en los rostros de los más pequeños de la casa que ayer participaron en la primera jornada técnica en seguridad vial, que se celebró en el Circuito de Karting de A Madalena.

El día quedó dividido en dos. Por la mañana fueron los más mayores, de entre 11 y 17 años, los que pudieron aprender disfrutando. En este primer turno, los niños pudieron escuchar de primera mano unas charlas sobre las medidas de seguridad que incorporan los coches como son, por ejemplo, los cristales laminados o los sistemas de frenado.

Pero no todo fue ver y oír, también entraron en juego los otros sentidos. Tras una clase teórica, los participantes formaron parte de una demostración en la pista, subidos a los vehículos de Perfeccionamiento y Técnicas de Conducción (PTC). Esta escuela es la que se encarga de llevar a cabo las actividades.

Pero la jornada no acabó aquí porque los más pequeños de la casa tuvieron su tiempo, por la tarde, para disfrutar de un día ameno y cargado de didactismo y concienciación respecto a la seguridad vial.

Los niños menores de 11 años fueron los que se acercaron al circuito de A Madalena a partir de las 16.00 horas. En las inmediaciones se instaló un parque que representaba una calle con sus correspondientes señales, vehículos y peatones. De este modo, y en un intento de asemejarse a la vida real, los pequeños pudieron enfrentarse a situaciones cotidianas y aprender a convivir con ellas.

La de ayer fue una jornada que pretendía combinar la diversión con ciertos toques de didactismo para fomentar la concienciación de los niños respecto a la seguridad vial. De este modo, las clases teóricas tuvieron su aplicación práctica sobre la pista.

Aunque Forcarei ya haya apagado motores, los niños guardan todavía la banda sonora en su memoria.