Cuatro de los nueve municipios de las comarcas logran mantener un saldo migratorio positivo. Aunque en algunos de los concellos que ostentaban un mayor diferencial en los últimos años, la línea entre el número de vecinos que decide marcharse y los nuevos residentes es cada vez más delgada. Es significativo, por ejemplo, el caso de la capital dezana, ya que en 2014 registró un saldo migratorio -balance entre emigración e inmigración- aún positivo en ocho personas. Pero cabe destacar que solo un año antes éste se situaba en más de un centenar, concretamente en 109 vecinos. En una situación similar se encuentra Silleda que el año pasado también registró un saldo migratorio positivo mínimo de dos personas. Pero a diferencia de Lalín, en Trasdeza esta situación repunta tras acusar un saldo negativo en 2013 de 61 personas. Si nos fijamos en ambos municipios hace una década, antes de que tuviese lugar la crisis económica -que actuaría de condicionante de los movimientos poblacionales- ambos concellos registraban un amplio saldo migratorio positivo. En 2004, llegaron a Lalín 132 personas más de las que se marcharon mientras que en Silleda fueron 109.
Son los únicos municipios dezanos que muestran un saldo positivo, los otros dos ejemplos corresponden a Terra de Montes; Forcarei y Cerdedo. En el caso del primero de ellos guarda cierta similitud con Silleda, ya que ha revertido la tendencia negativa de 2013 en positiva, logrando más nuevos residentes que vecinos que abandonen el municipio. Mientras que, hace dos años contabilizaba 33 personas más que se marchaban del municipio de las que se asentaban, en 2014 ha sido justo al contrario, con 35 persona más que han fijado su residencia en el concello. Por su parte, Cerdedo se mantiene en una tendencia positiva en la última década. Si en 2004 su saldo migratorio era positivo en 6 personas el año pasado se ha incrementado hasta las 13.
En el lado contrario, se posicionan el resto de municipios de las comarcas, con una pérdida de población derivaba de los vecinos que han emigrado que no se ha visto compensada con las nuevas altas. El caso más sangrante es quizás el de Vila de Cruces, que registra un saldo negativo en 68 personas, aunque en 2013 era de 110. Al igual que este municipio el resto también muestra un descenso con respecto a los valores de 2013. Agolada perdió 20 vecinos, Rodeiro 22, Dozón 7 y A Estrada 27 frente a los 152 que había registrado un año antes.
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En términos generales Deza registró un balance migratorio negativo en 107 personas mientras que el de Tabeirós Terra de Montes fue positivo en 21. Si se desglosan los datos migratorios por movimientos, en las comarcas emigraron en 2014 un total de 1.680 vecinos, un centenar más que hace una década. Y aunque las comarcas siguen recibiendo nuevos vecinos, en su mayoría procedentes del resto de Galicia, se ha reducido la tasa de inmigración en algo más de 11% con respecto a diez años antes. Hace un año 1.594 personas escogieron Deza y Tabeirós para fijar su residencia.
Si comparamos a nivel autonómico, Galicia también se registró un descenso> de la inmigración en 2014 con respecto a 2004, pasando de los 95.009 inmigrantes a los 88.396. Aunque en el caso gallego se aprecia un repunte con respecto a 2013 en que se contabilizaron 87.912 inmigrantes. Una tendencia acorde con lo registrado en Tabeirós que sumó en 2014 556, frente a los 501 de dos años antes, pero no así en Deza que en 2014 contabilizó 1.038 y dos años antes fueron 1.137 personas.
