Los alarmantes valores registrados a principios de agosto en el depósito de Catasós, que abastece el casco urbano de Lalín, obligaron al gobierno a tomar medidas puntuales para reducir el gasto de agua. Las acciones pasaron por prescindir del riego de zonas ajardinadas y de solicitar un uso responsable a los ciudadanos. En algunas jornadas, el depósito se situó muy por debajo de su capacidad, entre los 1.400 y 1.500 metros cúbicos, de los 4.000 totales, lo que ocasionaba que no consiguiesen recuperarse los niveles de agua al ritmo suficiente que exigía el bombeo.