Hace nueve años la extinta constructora Proinsa adquirió una parcela entre las calles Joaquín Loriga, Rosalía de Castro y Molinera para levantar un bloque de viviendas de lujo. En la promoción había participado en su financiación la sociedad Proinova, de la entidad Caixanova. Con la quiebra de la constructora dezana la propiedad y el préstamo participativo pasó a manos de la caja que, con la reestructuración posterior, traspasó a su vez el bloque de 26 viviendas a la Sareb. La sociedad estatal pretende a medio plazo poner a la venta los pisos y bajos de una construcción pues fue creada para gestionar la comercialización de los activos que dejaron los bancos intervenidos.

Pero su venta actualmente no se puede realizar una vez que el proyecto técnico aprobado por el Concello establecía que era obligatorio recuperar la fachada de una casa antigua con acceso desde Loriga cuyas piedras fueron retiradas y numeradas para reponer cuando comenzó la construcción del nuevo inmueble de viviendas. La Sareb admite que desconoce el paradero de los restos de la fachada antigua que ha de ser repuesta para que estos pisos puedan comercializarse.