Desde hace aproximadamente medio mes el sacerdote lalinense Marcos Torres se encarga del templo de Lalín de Arriba tal y como comenta él: "Me lo comunicó el vicario general, pero será algo temporal". La celebración del oficio religioso peligraba debido a la falta de sustituto del anterior cura, José Diéguez, que decidió retirarse a causa de su avanzada edad, ya que tiene 97 años. Sin embargo, durante todo este tiempo el párroco tranquilizó a sus feligreses afirmando que mientras no hubiese quien lo sucediera, él seguiría ocupándose. Torres oficiará misa los domingos a las 10.00 horas, como hasta entonces. "Además de encargarme de los demás servicios religiosos, como bodas, comuniones, bautizos...", apuntó el nuevo cura del lugar.
En el pasado mes de julio los miembros de la Asociación Veciños de San Martiño Lalín de Arriba y los residentes del lugar se reunieron para tratar de buscar una solución y evitar que un templo de tantos años de historia quedase en desuso. Asimismo, el vicario pastoral de la Diócesis de Lugo, Luis Manuel Rodríguez, visitó el santuario para atender a la solicitud de los lugareños. Sin embargo, desde un primero momento, la Iglesia rechazó la posibilidad de enviar a un párroco sucesor a consecuencia de los problemas de reestructuración por la falta de curas. Asimismo, otro de los achaques que recriminaba es que el santuario de Lalín de Arriba es propiedad única y exclusivamente de los vecinos desde hace 110 años, tal y como comentó en su día el secretario del colectivo vecinal, José Antonio Ferradás. "En 1905 se construyó la iglesia de Lalín y el Obispado vendió la de Lalín de Arriba al constructor, un joven de unos 25 años, para que aprovechase el material de ésta en la nueva. Sin embargo, los vecinos se opusieron y para evitar que desapareciese se la compraron a su nuevo dueño por el precio de 2.500 personas".
Desde el Obispado comunican que se enviará un sustituyo a Lalín de Arriba y mientras el apoderado será Marcos Torres, que se encarga además de las parroquias de Santa María de Donramiro, Santa Baia de Donsión y San Miguel de Bendoiro. Asimismo, es vicario parroquial de As Dores de Lalín, Delegado Episcopal de Vocaciones para la Vida Consagrada y docente en el Seminario de Lugo.
"Los vecinos estamos contentos con que el Obispado nos diera una solución", recalca Ferradás.
Por otro lado, desde el Concello de Lalín están a la espera de que la Dirección Xeral de Patrimonio les dé una respuesta sobre si se podrán acometer obras de mejora y de restauración de los cruceiros de Lalín de Arriba y de Moneixas. En Lalín de Arriba también se pretende arreglar la fuente, que lleva seca varios años.
A mediados de julio, el teniente de alcalde de Lalín Nicolás González Casares, se acercó hasta Lalín de Arriba, acompañado de técnicos municipales, para comprobar el estado de ambas construcciones históricas, y redactaron un informe sobre las deficiencias para que Patrimonio les dé el visto bueno y les indique que procedimiento deben llevar a cabo en cada caso. Una respuesta que desde el concello esperan recibir en los próximos días.
