"Es el único asunto que de verdad me quitó el sueño desde que soy alcalde". Así se refirió el mandatario lalinense, Rafael Cuiña, al conflicto por la construcción de un muro en la parroquia de Doade. Autorizado por el anterior grupo de gobierno carecía de permisos de la Dirección Xeral de Patrimonio e invadía una propiedad privada.

Ahora el ejecutivo da por zanjados estos problemas tras reunirse con el presidente de la asociación vecinal y afectados "para analizar la mejor alternativa para poder continuar con la obra del muro y evitar los problemas de seguridad que hay en la zona y que podrían incrementarse con la época de lluvias", dijo Cuiña. El primer edil se desplazó a Doade acompañado del edil del Rural, Miguel Medela; del técnico municipal José Varela y de representantes de la empresa constructora Taboada y Ramos. "Se hará todo lo posible para solventar las deficiencias, siempre de acuerdo con la postura de los técnicos y vecinos".