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Sin cerebro pero con mucho ingenio

Espantapájaros de lo más original se las apañan para defender los cultivos

Sin cerebro pero con mucho ingenio

El famoso Espantapájaros que acompañó a Dorothy hacia la mítica Ciudad Esmeralda, siguiendo un camino de baldosas amarillas, ansiaba pedirle al maravilloso Mago de Oz que le concediese un cerebro. Estaba convencido de que ello ayudaría a su blando cuerpo de paja en su misión de espantar a los cuervos. Aunque el popular personaje de esta historia demostró tener más cerebro del que creía, en los campos de la comarca de Tabeirós-Terra de Montes no puede decirse que haya espantapájaros con mucha materia gris, aunque sí muestras de agricultores con mucho ingenio y buen humor.

A estas alturas del año, los cuervos son el principal problema para diversos cultivos, en especial para los maizales o la huerta. Estas aves, explican desde el sector, hacen escala en las fincas plantadas para aprovisionarse de la simiente. Para ahuyentarlos, la figura del espantapájaros es todo un clásico. Sin embargo, lejos del modelo tradicional de paja y ropa vieja rodeando una estructura fabricada con palos, algunas fincas muestran tendencias inspiradas en personajes políticos o televisivos.

En un maizal de la parroquia estradense de Frades es la sonrisa de un pitufo la que, al menos, dará una sorpresa mayúscula a los pájaros que se acerquen a estas plantas, del mismo modo que llama la atención de aquellos que, al pasar por las cercanías de la finca, descubren al simpático espantapájaros.

En otros puntos de la comarca, los espantapájaros van perfectamente vestidos, sin olvidar los complementos, y con careta. Es el caso de un modelo con gorra y corbata. En clave de humor, sus propietarios han querido coronar el diseño con una careta que pretende recordar, dicen, al presidente del Gobierno. Otros ejemplos incorporan, incluso unos prismáticos al look del espantapájaros.

Cuando se trata de preservar sus cosechas, los agricultores tiran de imaginación y de remedios más o menos caseros. Así, para espantar a los pájaros de los frutales -señalan que los tordos suelen darse algún que otro festín en las plantaciones de cerezos de la comarca-, algunos colocan discos para que, al reflejarse en ellos el sol, el destello ahuyente a las aves. Otros se decantan por sonidos de aves rapaces y también hay quien acude a otras melodías más estridentes.

A la hora de espantar a animales de mayor tamaño que hacen de las plantaciones un bufé libre, el ingenio de los profesionales del campo también se pone a prueba. Es el caso del jabalí. Teniendo en cuenta el alto coste de los cierres perimetrales para evitar su entrada, el que más y el que menos recurre a remedios más caseros y económicos. Algunos se decantan por impregnar la zona con sustancias de aroma penetrante o por evocar la presencia humana a través del olfato esparciendo pelo en las fincas.

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