La comarca dezana se convierte, sobre todo, durante la época estival en lugar de paso de muchos turistas, en especial del País Vasco y de Barcelona, que tienen sus orígenes en Galicia y que ellos o sus antepasados estuvieron obligados a emigrar y que pasan aquí sus vacaciones de verano. La comarca, al situarse en el interior, presenta un turismo muy diferente al de la costa, en donde las playas son los destinos fundamentales. Sin embargo, las alternativas que presenta el interior también son atractivas y son muchos los que prefieren la tranquilidad, por ejemplo de una playa fluvial o de una área recreativa, en lugar del agobio de los arenales. En Deza la Asociación de Turismo Rural Ouro Verde está involucrada en promocionar la variedad turística de la zona. En su página web www.ouroverde.org se describen cada uno de los emblemas que se encuentran en el lugar, así como la variedad hotelera y todas las actividades que se pueden realizar, además de las fiestas gastronómicas de las que presume. Como reza en la plataforma digital del colectivo los atractivos de la comarca son la naturaleza en sí, el patrimonio cultural y su gastronomía tradicional.
"Este año realizamos una guía turística que se entregó a cada socio de la asociación hace unos 15 días y se imprimieron un total de 3.000", apunta Manuel Blanco, presidente del colectivo. Estos folletos incluyen un mapa detallado de los seis concellos dezanos destacando los puntos de interés y acompañados de su correcta señalización. Además se indica la oferta de negocios de hostelería y todo asesorando de manera fácil y sencilla a los visitantes.
Como ya es tradición, los parajes más visitados de Deza son el Museo Casa do Patrón, en Doade (Lalín); el Monasterio de Carboeiro y la fervenza do Toxa, ambos en Silleda, así como el núcleo urbano lalinense, en donde aprovechan para realizar compras, lo que beneficia a la economía de la capital dezana, así como el Castro Tecnológico. "En la Casa do Patrón tenemos un agosto con gran afluencia de visitantes, procedentes muchos de Barcelona y de Madrid, que quedan admirados por el museo y por el paisaje, y por supuesto, por la gastronomía", relata Blanco.
