El local O Heladero fabricó sus propios helados hasta que hace unos años, las ventas no compensaban la labor. Un hecho que no les hizo abandonar lo artesano y apostaron, así, por comprarle directamente el producto a la sede que la empresa Ibense tiene en Ourense. Los sabores fueron evolucionando con el paso del tiempo, pasando de los tradicionales de chocolate, vainilla o nata hasta el de turrón o de yema, premiados a nivel europeo. El éxito de este verano, se los llevan los de nata con gallegas oreo, tres chocolates y arco iris, que recuerda a una gominola. Una oferta variada que se distribuye en cucurucho, copa o tarros de varios tamaños.
Helados que se heredan de padres a hijos. "Sabe exactamente igual el helado cuando vengo con mi hijo de diez que cuando venía yo con 10 años con mi padre", es uno de los comentarios que se José Antonio tiene escuchado entre las paredes del negocio familiar.
