As Nosas Músicas sopló en la noche del viernes sus 20 velas con una fuerza inusitada mientras la Asociación A Xesteira veía como se materializaban los esfuerzos de los últimos meses. Couso, indudable anfitriona, acogió con dulzura a un público entregado a un ambiente festivo y ameno que se alargó hasta altas horas de la noche. La música, acompasada con carcajadas y animados pasos de baile, configuró la atmósfera de una tradición que espera seguir manteniéndose con el paso de los años. Atrás queda 1996, cuando As Nosas Músicas nació. Hoy, ya comienza a esbozar su futuro.

A Xesteira, colectivo organizador, elaboró un cartel lleno de actividades con motivo de la XX edición del festival. El campo de la fiesta de Couso comenzó a dinamizarse por la tarde, al celebrarse un taller de juegos tradicionales. Más tarde, comenzó una actividad de iniciación al baile y un "obradoiro" de tejido del Val do Vea. A partir de ese momento, la música comenzó a sonar.

Jornada llena de actividades

El grupo Xandobela, que lleva participando en As Nosas Músicas varios años, comenzó su taller de juegos tradicionales alrededor de las 17.00 horas. Los pequeños y también sus padres, según cuenta A Xesteira, se animaron a participar con actividades como "a chave", "o saco" o "a roda".

Pero este no era el único taller que los organizadores habían incluido en el cartel del consolidado festival. Alrededor de las 19.00 horas, Marcos Botana inició otro "obradoiro" aunque en este caso fue de iniciación al baile. Tan solo una hora después, Tamparrantán impartió su taller sobre los tejidos en el Val do Vea. A Xesteira afirma que "no lució mucho" porque en ese momento comenzó a llover. También añadió que merecía la pena escuchar las explicaciones así como ver de primera mano cómo se hilaban los tejidos.

A partir de las 21.30 horas la música tomó por completo Couso porque el grupo Ultreia, a pie de campo, inició su "ruada aberta". Estaba previsto que cuando las manecillas del reloj tocasen las 23.00 horas, comenzase finalmente la velada nocturna. Sin embargo, no fue hasta las 23.30 horas cuando Alvariza subió al escenario para ir calentando los motores de una noche que no quería terminar.

Más tarde fue el actor y humorista Carlos Blanco quien puso el toque más dinámico a la velada. Radio Cos continúo encima del escenario la estela dejada por Blanco y afinó sus instrumentos para que la música volviese a retomar Couso. Después de ellos, Fanfarria Taquikardia desprendió las notas que servirían de antesala a la última actuación de la noche, que corrió a cargo de la compostelana Banda das Crechas.

El campo a rebosar, la zona de acampada recibió muy buena respuesta y para el estacionamiento, los organizadores tuvieron que pedir prestadas más fincas de las que inicialmente habían cedido los vecinos dada la gran afluencia de público.

Así fue que As Nosas Músicas despidió su XX edición arropada por Couso y unos asistentes que contribuyeron a llenar los pulmones de un festival que ha conseguido recargar energía. Tras 20 años, As Nosas Músicas sabe que cada verano está más cerca de la eternidad.