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La tarea pendiente de la concienciación medioambiental

Los incendios forestales arrasaron cerca de 22.000 hectáreas en las comarcas en diez años

Los veranos de 2006 y 2011 fueron los más virulentos -Los servicios alertan del riesgo por la maleza y el calor

Un brigadista, ayer por la tarde, durante las labores de extinción en los montes de Sisto. // Laura Moure

En la década que transcurre entre los años 2003 y 2012 se quemaron en el distrito forestal XVI (al que pertenecen Deza y Tabeirós-Terra de Montes) un total de 21.981 hectáreas, según los datos que constan en el IGE. Aunque con el paso de los años consiguió reducirse de forma progresiva el volumen de quemas forestales, en algunos casos la superficie quemada se multiplica de forma considerable. En esos diez años cobran especial virulencia los veranos de 2006 y 2011. En el primero se constataron 312 incendios, menos que en el año precedente, con 637, pero resulta que ardieron 10.282 hectáreas, es decir, la mitad de todo lo que se quemó en diez años. En cuanto al verano de 2011, hubo 426 incendios, que dejaron tras de sí 1.479,73 hectáreas quemadas. El dato más reciente que ofrecen Medio Rural y el IGE es de 2012, con 218 fuegos forestales y 521,50 hectáreas quemadas. En el polo opuesto se encuentra el ejercicio de 2007, con 170 siniestros y un resultado de 203,6 hectáreas ardidas.

El IGE, a partir de 2007, maneja datos en los que distingue entre superficie arbolada y superficie rasa. En todos los casos es mucho mayor la segunda, llegando en algunos casos a multiplicar por diez a la arboleda quemada, como en el año 2009, con 457,7 frente a 53,4, respectivamente. También se puede constatar como, desde 2008, el distrito XVI es el que más fuegos atesora de los cuatro que están operativos en la provincia. Ello demuestra, como indican trabajadores del propio distrito, que hay que incidir más en las tareas de prevención de fuegos, con desbroces durante los meses de temporada baja de riesgo de incendios. Estas rozas tienen que servir para proteger zonas arboledas y también para mantener limpios caminos forestales que ahora mismo, como indican desde el distrito, permanecen impracticables por la nula gestión que se hizo en el último año. Pero la situación, al parecer, puede extenderse a toda Galicia, ya que se opta por privatizar estos servicios o, en algunos casos, ni se delegan por falta de medios económicos.

Llegados al ecuador del verano y con una sequía que se arrastra desde el mes de mayo, los servicios de extinción alertan de que la situación no es muy diferente a aquel verano de 2006. Es cierto que este estío no sopla el viento seco del Norte, pero las altas temperaturas y la falta de precipitaciones pueden desembocar, en lo que queda de verano, en una oleada de incendios en dos comarcas en las que el pastoreo apenas se ejerce, salvo en algunos puntos de Tabeirós y con caballos. Esta es una tarea pendiente del sector agroganadero, la de disponer de mayor base territorial para promover una ganadería extensiva que además recorte el crecimiento de la maleza. En este sentido, desde el distrito se insiste en la necesidad de abandonar prácticas como la quema de montes para desplazar al jabalí y evitar que se interne en maizales o, en otros casos, para favorecer la proliferación de ciertas especies cinegéticas.

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