Después de un mes de comenzar las rebajas de verano los escaparates de los diferentes comercios lucen carteles de los que son ya sus segundos descuentos. "Realmente son segundas rebajas desde el mes de julio, porque cada vez son más los descuentos que se realizan para animar a comprar", señala Gustavo Varela de Varell Sport. Aunque hay opiniones dispares entre los comerciantes, el balance del pasado mes es un poco más positivo que en años anteriores, aunque desearían aumentar algo más sus ventas. Uno de los motivos que animó a más gente a renovar este verano su fondo de armario fue la buena climatología. En periodos anteriores el verano apenas asomaba en julio y agosto por lo que había que echar mano de ropa primaveral o incluso de invierno, y la gente no se decidía a comprar nada veraniego.
"En el mes de julio las ventas fueron muy normales. Tuvimos descuentos del 30% e incluso algunas prendas al 70%, y ahora en las segundas tenemos todo al 50% y al 70%", señala la responsable de la tienda de ropa As Bolboretas. Los vendedores son optimistas y esperan que con la afluencia de veraneantes en la comarca, el mes de agosto sea propicio en cuanto a economía para el pueblo. "El mes de agosto, hasta el día 15, suele ser bastante bueno, a partir de ahí las compras se paralizan, lo mismo que pasa al final de cada mes, ya que ahí ya no hay dinero", subraya el responsable de Varell Sport. En el caso de este negocio en julio los artículos se rebajaron a partir del 30 % e incluso, ahora al 80%. "Realmente ya se juntan las primeras y segundas rebajas y este año han sido un pelín mejores", recalca Gustavo Varela, a lo que añade: "Por lo menos ahora la gente ya no habla tanto de crisis".
El buen tiempo y las ceremonias fueron el caso del incremento de ventas en la tienda infantil Cousiñas. "Este año hubo más ventas por motivo del buen tiempo y tuvimos muchas ventas para comuniones, para llevar las arras, y la gente se animó a comprar sin esperar por las segundas rebajas. Tuvimos descuentos del 30% en ropa de ceremonia y ahora está todo entre el 40% y el 50%", apunta Sonia Vázquez de Cousiñas.
Además de las gangas que ofertan durante la época estival los comercios locales, la capital dezana albergó ayer su feria del día 3, una de las más concurridas del año debido a la presencia de gente que pasa sus vacaciones en Deza. El campo de la feria y las calles de los alrededores parecían un hormiguero de gente. Sin embargo, la los feriantes se quejaban de las pocas ventas. "Sí pasa mucha gente pero mira cuantas bolsas lleva, ninguna", apuntaba uno de los vendedores.
A esta opinión se suma la de Isabel Pérez Iglesias que viaja desde Cangas do Morrazo para poner su puesto de pijamas, ropa interior, mandilones... en Lalín todas las ferias. "Siempre venimos y realmente, en cuanto a ventas no notamos una mejoría en agosto con respecto a todo el año, solo que hay más afluencia de visitantes, pero apenas compran". Además, es en esta feria dónde los comerciantes tienen que estar más pendientes de los amigos del ajeno que aprovechan la muchedumbre para colar sus manos entre la mercancía.
Los que sí se ven algo más de beneficiados son los pulperos y los churreros, porque quién más o quién menos no se resiste a probar estos manjares, sobre todo los emigrados que regresan por estas épocas a su tierra natal y echan de menos los productos gallegos.
