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El desarrollo del casco urbano

Los vecinos alertan del abandono de la AR-21, cuyo plan de urbanización se aprobó en 2008

Incluía una calle peatonal y un parque anexo al Xesús Golmar - La maleza cubre la mayoría de las parcelas

Hace siete años, en julio de 2008, el Concello de Lalín aprobaba en junta de gobierno local el plan de urbanización del Área de Reparto (AR) 21, en el entorno de las calles E, Monte do Ferro y Melide. Pero la virulencia de la crisis -se llevó por delante la empresa que ejecutaría las obras y frenó las inversiones del Concello- no solo impidió que se realizasen los trabajos, sino que a día de hoy son varias las parcelas que están cubiertas de maleza. Ante tal situación de abandono, los vecinos piden al Concello de Lalín que intervenga para, al menos, obligar a los propietarios a adecentar estar fincas metidas en pleno casco urbano. No podemos olvidar que el propio concello tiene en el AR-21 cuatro parcelas, con una superficie de 2.310 metros de edificabilidad. En esos terrenos de propiedad municipal hubo, años atrás, un invernadero que se utilizó como medida integradora para personas en riesgo de exclusión.

El proyecto de urbanización, según relatan los vecinos, incluía la apertura de una calle peatonal y la dotación de un parque infantil en las inmediaciones del colegio Xesús Golmar, cuya reconstrucción se incluía, en este caso, en la AR-22, En cuanto a esta zona verde, el proyecto de desarrollo incluso especifica cuestiones como que los bancos debían ser de madera y medir 1,80 metros de longitud o que había que colocar caucho sintético en el suelo de los parques infantiles para evitar que los niños se lesionasen. Del mismo modo, los promotores tenían que entregar un plan de control de calidad para la ejecución de las obras antes de que éstas diesen comienzo.

El proyecto de urbanización, en teoría, ponía punto y final a años de trámites en los que, entre otras cuestiones, hubo que abonar los gastos de inscripción de las fincas en el registro mercantil como superficies destinadas a sistema general de equipamientos, tras la pertinente recalificación urbanística. Para hacernos una idea del desembolso económico que supuso este proceso, algunos vecinos pagaron en torno a 800 euros por una finca de tan sólo 53 metros cuadrados. Sin embargo, el parón en que se sumió este proyecto de desarrollo es tal que muchas parcelas todavía siguen divididas como estaban antes de inscribirse en el registro. Es más, la edificación que se conoce como "la cooperativa", o "la granja" según este proyecto tenía que derribarse para dar paso a esa remodelación urbana. Pero el viejo edificio continúa en pie y el resto de la finca presenta una abundante vegetación. La presencia de ratas y demás alimañas es lo que más preocupa a los vecinos, sobre todo en estos meses de verano. Algunos ya se han puesto en contacto con el ejecutivo local para que se retire la maleza. Las cuotas de los propietarios y demás aportaciones de éstos suman en torno a 49.000 euros.

Préstamos

Visto el estado actual de las parcelas, todo apunta a que el desarrollo urbanístico de la AR-21 tardará algunos años más. Algunos de los afectados hacen mención al boom urbanístico que años atrás vivió Lalín y que hoy lo convierten en una villa con un porcentaje considerable de pisos vacíos. Apuntan que no en la AR-21, pero sí en la AR-22, la que afectó al Xesús Golmar, el Concello negoció con los propietarios permutas de terreno en esta zona a cambio de aprovechamientos urbanísticos en el Agro de Lalín de Arriba. Varios vecinos aceptaron el cambio e incluso solicitaron créditos para construir en esta nueva zona. Sin embargo, de nuevo la crisis se encargó de poner coto a sus planes.

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