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El monasterio de San Pedro de Ansemil

Del cenobio construido en el siglo X y vinculado a Carboeiro solo quedan una iglesia románica y la capilla gótica

La iglesia románica y la capilla gótica, en la que se contempla la imagen de la Virgen de la Leche.

La iglesia parroquial de San Pedro de Ansemil, en Silleda formó parte de un primitivo monasterio benedictino, originariamente dúplice, donde hombres y mujeres llevaban una vida religiosa de forma conjunta. Parece que fue mandado construir por el Obispo de Santiago, Sisnando, en 919. La primera referencia al monasterio se realiza el 22 de junio de 972, cuando Fernanda dona al monasterio la villa de Saidres con otras propiedades, y ya aparece fundado el 13 de enero de 1096, fecha de un documento, en el cual se contiene la donación de unas heredades que estaban en el coto del monasterio, hecha por el conde Ramón y Urraca a la abadesa Goto. Su fundación está relacionada con la del monasterio de Carboeiro, promovido por los condes Gonzalo y Teresa en 936, muy próximo a Ansemil.

Según López Ferreiro, las incursiones árabes despoblaron el monasterio, el cual ya estaba restaurado en los últimos años del siglo XI, según la donación del conde Ramón. En el siglo XII desapareció la comunidad femenina, que regresó en el siglo XIII o principios del XIV. En el siglo XVI fue disuelto por Fray Rodríguez de Valencia, al incorporar las religiosas a la comunidad benedictina del monasterio de San Payo de Antealtares en Santiago, en 1499, siguiendo las normas dadas por la Santa Sede y puestas en práctica por los Reyes Católicos, para llevar a efecto la reforma de los monasterios benedictinos de Galicia. Isabel de Ulloa fue la última abadesa del monasterio.

Lo más original de Ansemil es que tiene dos iglesias unidas, con dos estilos arquitectónicos distintos: una románica y, adosada al muro sur, una pequeña capilla gótica. En la fusión hay elementos de la iglesia románica formando parte de la gótica, en el alero del tejado de los dos templos perduran la totalidad de los canecillos románicos. En la puerta de la iglesia gótica hay un tímpano románico, perteneciente originariamente a la portada lateral de la románica, que fue suprimida al construir adosado al muro el templo gótico.

La iglesia románica se levantó en los últimos años del siglo XI o en la primera mitad del XII, aprovechando el solar y la traza del primitivo templo del monasterio de estructura basilical prerrománica asturiana. La capilla gótica que tiene adosada es de la primera mitad del siglo XIV, fundada por Diego Gómez de Deza, en la que está sepultado.

Interiormente, la iglesia románica tiene planta basilical de tres naves, aunque no se advierten exteriormente, y tres ábsides rectangulares a los que se accede a través de un arco triunfal doble. Tan solo el central posee decoración en los capiteles, de sencilla hechura, vegetales con enrollamiento de las hojas a modo de bólas. El ábside central posee dos tramos separados por un arco fajón apoyado en columnas provistas de capiteles y basas. Las naves están separadas por pilares cuadrados, sobre los que descansan arcos de medio punto. Las capillas de la cabecera son rectangulares. La central, más elevada que las laterales, es de planta rectangular, con una sencilla ventana abocinada en forma de saetera abierta en la cabecera, y en los muros laterales hay columnas que sostienen los arcos de la cubierta, que es una bóveda de medio cañón. Las capillas laterales son de menores dimensiones que la capilla central. Su planta también es rectangular y en la cabecera tienen una ventana en saetera y arcos similares a los de la capilla mayor. Exteriormente, la fachada es plana sin contrafuertes, de un solo cuerpo a dos aguas, rematada en una torre campanario, que se colocó después de 1909, donde se ve una espadaña de dos troneras, rematada por un carnero sobre el que descansaba una cruz de brazos flexionados e iguales con terminación polilobulada. La portada es abocinada con dos pares de columnas de fuste monolítico, lisas y exentas, y con dos archivoltas semicirculares, rodeadas por una banda ajedrezada. El tímpano es liso con restos de una inscripción ilegible.

Los capiteles son muy interesantes, pues los exteriores tienen adornos vegetales: grandes hojas terminadas en espiral. El capitel interior derecho representa dos leones enfrentados, que representan la fuerza de los que se resisten al pecado, y en el izquierdo hay un personaje ricamente vestido con una túnica, calzado con botas, portando en las manos un libro abierto que apoya sobre el pecho, con los nombres de los condenados. Actualmente está decapitado y tras él hay dos cabezas humanas y a los lados dos hombres pecadores desnudos con una mano en el muslo y otra cubriendo los genitales, avergonzados por el pecado cometido. Las piedras que van sobre ambos capiteles tienen tres filas de tacos. Sobre la puerta hay una ventana rectangular y a ambos lados de la puerta, coincidiendo con cada una de las naves laterales, hay sendas saeteras. El muro meridional, reducido por la capilla, tiene una decoración con bólas y las terminaciones de las vigas que soportan la cornisa están decoradas con hojas, cabezas de felinos y otros bóvidos.

La capilla gótica

La capilla gótica, dedicada a Santa Ana, es una construcción posterior, probablemente de finales del XIII y principios del XIV, conocida como capilla señorial de los Deza. En el muro sur de la nave hay un arcosolio que contiene un sepulcro en cuya parte frontal se lee que allí está enterrado "el caballero Diego Gomes de Deza". Se comunica con la iglesia románica mediante un arco apuntado abierto en el muro sur de la iglesia antigua. Tiene una sola nave y una capilla rectangular en la cabecera.

En la fachada hay una puerta rectangular de jambas lisas con un dintel pentagonal en forma de tímpano, sostenido por mochetas decoradas con figuras humanas que en sus manos portan objetos. En el dintel está esculpida la figura del Agnus Dei en actitud de movimiento, con una cruz, en el centro, cuyos brazos terminan en flores de lis y los discos del sol y la luna a cada lado. Sobre la puerta hay una imagen de la Virgen de la Leche, es una imagen pétrea, adosada a la fachada, sentada en una silla dando de mamar a su hijo, bajo un pequeño techo ojival trilobulado. La fachada está rematada en un frontón triangular en el que se abre un bonito rosetón, coronada por un carnero que sostiene sobre su lomo una cruz con la imagen del Crucificado. La fachada es asimétrica, lo que prueba que en ella se aprovecharon elementos de la edificación románica.

La cabecera exteriormente termina en ábsides rectangulares de origen asturiano, tanto en la románica como la gótica. El central de los románicos es más elevado con cubierta a dos vertientes, lo mismo que el gótico, y los laterales son más bajos y con una sola vertiente en la cubierta. En los ábsides románicos hay aberturas verticales en forma de ventanas en saetera y en el ábside de la iglesia gótica una ventana rasgada con mainel y arquitos lobulados.

Posee una interesante colección de canecillos con decoración zoomórfica y antropomórfica, que sostienen el alero del techo de los ábsides y de las naves de ambas iglesias. Todos presentan motivos ornamentales característicos de la simbología románica: cabezas de animales, figuras contorsionadas, representaciones poco honestas, rostros humanos y monstruos, todos con una naturalidad altamente expresiva, lo que les da un gran valor escultórico. Entre ellos llama la atención el conocido como El espinario de Ansemil, que representa a un personaje en actitud de quitarse una espina del pie, que recuerda a la famosa estatua de bronce griega, del siglo I antes de Cristo, El niño de la espina.

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