El pétreo símbolo con el que A Estrada recuerda, desde su alameda municipal, a los hermanos Marcial y Avelina Valladares sirvió de primera escala en la ruta poética que la asociación Vagalumes programó para la jornada de ayer. El colectivo propició una convivencia entre creadores de esta y otras comarcas vecinas, buscando con los versos de cada uno de ellos rendir un homenaje a los escritores que vio nacer la parroquia estradense de Berres, desde los propios hermanos Valladares al célebre Manuel García Barros.

En la alameda, autores como Ángel Utrera pidieron continuidad a este tipo de marchas literarias, realizadas previamente en puntos como Melide o en los Pendellos de Agolada. Fueron varios los poetas que recitaron en este punto urbano los primeros versos, antes de encaminarse hasta la iglesia y el cementerio parroquial de Berres, donde se encuentran enterrados Avelina y Marcial Valladares. Desde Vagalumes se subrayó la iniciativa de estos hermanos de recoger en su tiempo el habla de esta tierra, poniéndola "en texto impreso y producción literaria". En el camposanto continuaron resonando los poemas. Seguidamente, los participantes se sumaron a un concierto de guitarra en un local anexo a la iglesia.

La última escala de la ruta poética que este colectivo cultural bautizó como Toda a terra na nosa palabra, fue el área recreativa de O Areal, también en Berres, pasando antes por la casa natal de García Barros, oriundo de esta parroquia de A Estrada. En un entorno idóneo para el disfrute de una jornada tan calurosa como la de ayer, un espacio natural arreglado y puesto en valor por los vecinos, continuaron las intervenciones poéticas y musicales. El caudaloso Ulla fue arrastrando en su incansable discurrir versos que recuerdan a un padre, que cantan al mar o que aseguran que este es el momento del cambio.