Vila de Cruces se rindió ayer de nuevo ante uno de sus emblemas más identificativos, el gallo de corral. La decimoquinta edición de la Feira de Nadal do Galo de Curral se convirtió en toda una cita de exaltación de este plato, que contó con distintos escenarios. En esta ocasión, el tradicional mercado, en el que muchos aprovechan para adquirir ejemplares de gallos de corral, de la raza autóctona Galo de Mos, liquidó existencias. Así, entre los puestos de venta directa, situados en la Praza de Abastos, y las reservas realizadas con antelación, se despacharon en torno a 600 ejemplares de gallos y gallinas. Los precios se establecieron entre los 8 y 15 euros por kilo, en valores próximos a los de otras ediciones.

Además del tradicional mercado, que se ha convertido ya en una cita clásica previa a la Navidad, este año, la jornada se complementó con la I Xornada Culinaria de Ecogastronomía. Y si el mercado liquidó existencias, con mayor rapidez se agotaron existencias en la degustación gastronómica. Bajo una carpa, situada en la Praza Juan Carlos I, un total de 19 restauradores, en su mayoría de la zona, ejercían al llegar el medio día un poderoso reclamo para el público asistente. Los olores de las distintas recetas se fundían en el ambiente, todas ellas a base del ingrediente estrella, galo de corral de tierras cruceñas. Desde los sabores más tradicionales, guisados en cazuela con verduras de temporada, o bajo un armazón de sal, estofados con arroz o con emplatados más sorprendentes que apostaban por cremas o filloas o maridajes más arriesgados. Más de 800 raciones gratuitas servidas. Algunos de locales agotaron el género en menos de una hora. Así, las recetas preparadas por los distintos restaurantes (Don Din, Cadeira, O Forno, Onde Antonio, La Molinera, Cabanas, Casa Sánchez, Galicia, Casa Castro, O Refuxio, Capilla, A Roda, Agarimo, El Asturiano, Casa Achacán, Taberna Carmuega, Casa San Ginés, La Cocina de mi Abuelo y Pulpería Ana Brea) consiguieron los halagos de los asistentes, quienes también pudieron llevarse los trucos de la preparación en un recetario que incluía las distintas formas de elaboración. De esta forma la feria se convirtió en un mercado de uno de los alimentos más populares en los festines navideños pero también en fuente de inspiración para los cocineros que se encarguen de elaborar dichos ágapes.