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Ilusión tras las cámaras

Cuatro jóvenes estradenses han creado Gancho Productions, que ultima su primer y ambicioso corto de cine

Ilusión tras las cámaras

Gancho Productions comenzó a forjarse en las aulas del IES Manuel García Barros, donde la afición por el cine de estos cuatro amigos los unió para algo más que los encargos de los profesores. "Comenzamos por trabajos de clase. Todos estábamos en el mismo grupo y nos mandaban hacer cortos. A raíz de eso nos fuimos uniendo más y decidimos poner en marcha este proyecto, algo más serio y fuera de clase. Todo empezó hace un par de años", explica Ariadna Silva. "Mucho es gracias al bachillerato de Artes. Hay mucha costumbre de audiovisual en el instituto".

"Según recuerdo el primer corto que hicimos fue en primero de Bachiller y salió fatal. Después como trabajo de fin de curso había que hacer un corto más largo y decidimos hacer algo más trabajado. A partir de ahí nos fuimos ilusionando. Después también hicimos un musical para la clase de gimnasia y como éramos el mismo grupo volvimos a hacer algo también trabajado. También nos volvimos a juntar para hacer un corto pequeño que presentamos a un concurso que no ganamos. Fueron pequeñas cosas antes de ponernos ya más en serio", recuerda Isaac Rivadulla. "A partir de ahí ya empezamos a maquinar cosas y después a preparar el corto No existen los buenos", apunta Silva.

Una vez salidos del García Barros, los cuatro amigos vivieron un momento de parón que decidieron reactivar definitivamente con la puesta en marcha de un ambicioso proyecto. "Debido al fracaso del año pasado decidimos hacer algo mejor planteado. Desde principios de verano empezamos a pensar en la idea y comenzamos a trabajar en el guión. Yo empecé a hablar con gente, porque no teníamos ni un solo actor. En una semana los conseguimos a todos. El rodaje lo iniciamos a finales de agosto y todavía está sin finalizar, principalmente por problemas de agenda con los actores. Nos queda poco. Con cuatro escenas más estará listo", explica Silva, quien prefiere no poner una fecha para su estreno.

"Lo que habíamos hecho hasta ahora era algo a mucha menor escala. No esperábamos hacer algo así. Se nos fue un poco de madre. Queríamos hacer algo más corto pero se nos fue a treinta y pico minutos, casi cuarenta. También tuvimos mucha suerte con los actores. A raíz de hacer el Facebook vinieron ellos a nosotros e incluso nos mandaron un currículum. Nos quedamos sorprendidos", relata Rivadulla.

De esta manera los jóvenes directores iniciaron el rodaje de "No existen los buenos", con actores a sus órdenes que los superan en edad y experiencia. "Al principio nos miraban un poco como diciendo qué hacen estos niñatos mandando. Después sin embargo ya vieron que íbamos en serio. Tuvimos mucha suerte de haber contactado con ellos y que accedieran a participar", cuenta Silva.

"La verdad es que aprendimos muchísimo porque uno de los actores por ejemplo también es director y nos enseñó un montón de cosas. Pasamos a hacer algo más profesional. Aunque no termine quedando perfecto para la carrera de audiovisuales también notamos un avance. Siempre es mejor tener algo ya hecho de antes. Sino no te toman en serio. A raíz de esto varias personas nos dijeron por ejemplo de hacer algún otro proyecto, como spots. Incluso compañeros de clases nos ofrecieron participar en otros proyectos", afirma Rivadulla, quien comparte estudios de Audiovisuales con Silva. García por su parte estudia Música, mientras que Díaz está en Bellas Artes. Sus diferentes cualidades les permiten complementarse a la hora de dar forma a sus proyectos. "Tuvimos suerte porque entre los cuatro podemos abarcar muchas cosas. Si todos nos dedicásemos a lo mismo sería más complicado".

Recién iniciada su andadura Gancho Productions no dispone de grandes medios para llevar a cabo sus proyectos, algo que suplen como pueden. "Vamos tirando de lo que disponemos cada uno. El padre de Isaac tiene por ejemplo un vídeo club, lo que nos permite tener algo de material. Yo tengo una cámara y compramos un micro", argumenta Silva. Tampoco cuentan con coche para desplazarse, por lo que A Estrada ha sido su principal centro de operaciones.

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