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Dezanos sobresalientes (XXVIII)

Roberto Novoa Santos, el médico humanista

Hijo de un lalinense de A Xesta, está considerado el especialista más relevante de la medicina en Galicia

El doctor Roberto Novoa Santos, en un retrato y en una caricatura de Maside.

Roberto Novoa Santos nació en A Coruña el 6 de julio de 1885, en una casa de la Plaza de María Pita. Era hijo único del matrimonio formado por Ramón Novoa Gutiérrez, originario de A Xesta (Lalín) -militar, Sargento Segundo del 4º Batallón de Artillería, desde 1882, con destino en la ciudad de El Ferrol; hombre de gran entereza, rectitud moral y fortaleza frente a las adversidades-, y de Rita Santos Varela, natural de Rutis (Culleredo), mujer de una gran sensibilidad. Tuvo una infancia propia de un niño de familia modesta de la época, transcurrió entre su ciudad natal y las frecuentes estancias y desplazamientos a Ferrol, pues en ambas ciudades y en distintos períodos, se suceden los destinos del padre. Las vacaciones las pasaba sobre todo en la casa natal de la madre, pero sin olvidar la casa de su padre en la aldea de A Xesta.

Los padres no regatearon nada para darle una buena formación y con sacrificio, no dudaron en enviarlo al mejor colegio privado de A Coruña en aquellos años, el Colegio Dequidt, donde se prepara para ingresar en el bachillerato. A los 10 años ingresa en el Instituto Eusebio da Guarda, de la ciudad herculina, con la calificación de sobresaliente. Es condiscípulo de Wenceslao Fernández Flórez, cuyo padre era profesor en el mismo centro. En septiembre de 1895, cuando comienza sus estudios de bachillerato, su padre es promovido a 2º Teniente; en noviembre parte hacia Cuba, donde va a permanecer tres años.

Mientras, su hijo prosigue sus estudios de bachillerato con total aprovechamiento. Con quince años, en julio de 1900, termina el bachillerato con Premio Extraordinario en Ciencias. Se matricula en la Facultad de Medicina, al no poder cumplir su objetivo de trasladarse a Madrid para estudiar ingeniería industrial, pues la economía familiar no le permitía ese dispendio. Los Novoa pasan a vivir en Santiago en un modesto piso alquilado en Huertas, muy cerca del Colegio de Fonseca, sede de Medicina, pues así los estudios de su hijo no serán tan gravosos. No solo estudia medicina, sino que le gusta leer de todo, tanto sociología, como literatura y filosofía y, por su cuenta, estudia francés, alemán e inglés, idiomas que llegará a traducir con facilidad. Se integra plenamente en la vida universitaria, tanto en lo social como en lo cultural; adopta una posición de rebeldía ante situaciones incómodas e injustas; una de sus tertulias preferidas es la de la librería de la imprenta de El Eco de Santiago. En noviembre de 1903, a los 18 años, siendo un excepcional estudiante en cuarto de Medicina con una gran conciencia social, comienza a publicar en revistas de marcado carácter anarquista; hasta febrero de 1905, todas las colaboraciones las firmaba con el seudónimo Pedro Novoakow, más tarde usó otro, Max, en el vespertino El Eco de Santiago.

Su expediente académico fue brillantísimo: Salvo dos sobresalientes, en Medicina Legal y en Higiene, en el resto de asignaturas alcanza la matrícula de honor y en el examen de grado obtiene el premio extraordinario. En 1907 se licencia en Medicina y Cirugía y contrae matrimonio con Pastora Gamallo Curtada, santiaguesa, con la que tuvo dos hijos: Olga y Ramón. Empieza a preparar su tesis sobre Alcance y sistematización de las cromo-reacciones de los albuminoides, que defiende en la Universidad de Madrid y que es calificada con sobresaliente, logrando, así, su grado de doctor.

Fue ayudante del profesor Ramón Varela de la Iglesia en la cátedra de Fisiología. Posteriormente, se establece en Ferrol, pero las consultas no resuelven su economía. A fines de 1909 se traslada a A Coruña, instalando su domicilio y su consultorio en la calle Real, la clientela coruñesa tampoco le resulta pródiga. Cuando se convocó un concurso de méritos para cubrir una plaza de médico de la Beneficencia Municipal, se presenta y obtiene el puesto de médico supernumerario de guardia, del Hospital de la Caridad. No es una plaza remunerada, pero acude todos los días al hospital, visita a los enfermos de los médicos numerarios, ayuda en las intervenciones quirúrgicas y sustituye a los titulares en las ausencias.

En 1911, recibe una carta del Dr. Romero Molezún, animándolo a presentarse a la oposición de Profesor Auxiliar de Patología General en la Facultad de Santiago que ese mismo año, cuando tenía 26 años, gana por oposición. Ilusionado con su nuevo destino como docente se traslada a Santiago. Es pensionado durante un año por la Junta de Ampliación de Estudios, lo que le permite trabajar un mes en Burdeos, dos en París, y después en el Laboratorio de la Clínica Médica de la Universidad de Estrasburgo, realizando trabajos experimentales sobre la hiperglucemia, bajo la dirección de los profesores Wenckebach y Blum. Sus trabajos son publicados en diversas revistas médicas. Interrumpe su estancia en el extranjero para opositar y, en mayo de 1912, obtiene la Cátedra de Patología General en Santiago, donde van a transcurrir los años más fecundos de su vida, en los que perfila y desarrolla sus dotes de maestro y su buen quehacer como clínico prestigioso. Después de la visita al hospital, da sus clases en la universidad, por las tardes en su casa atendía a los enfermos privados, que van aumentando cada día y se va convirtiendo en el médico de moda; no termina, a veces, hasta las diez o las once de la noche.Adquiere fama y holgura económica y edifica una casa propia con jardín en la calle del Hórreo y en la que, además de su vivienda, instala el consultorio. En esta casa vivieron hasta el fin de sus días sus padres.

La culminación de su proyecto científico tiene lugar en 1916 cuando publica la primera edición del Manual de Patología General, la obra que le da a conocer en las altas esferas de la medicina, de enorme difusión no sólo en España, sino también en América, sale a la luz en tres tomos, que se editan entre 1916 y 1919 y su publicación produce un verdadero impacto en la literatura médica de su tiempo. En 1922 sale a la luz Physis y Psyquis, quizássu obra más definida ideológicamente.

Su prestigio le lleva a participar en política, en los comienzos de la Dictadura de Primo de Rivera, en 1924 fue nombrado Diputado Provincial por el distrito de Santiago-Padrón. Realizó la propuesta de integrar el Hospital Provincial en la Facultad de Medicina de la Universidad gallega, cuestión que provocó un debate social. Cesa en abril de 1925, cuando se constituye la nueva corporación. En noviembre de 1926 es nombrado por unanimidad Académico Numerario de la Real Academia Gallega.

En 1927, vacante la cátedra de Patología General de la Universidad de Madrid, Gregorio Marañón lo anima a que oposite. A los pocos días de terminar la oposición, pronuncia en el Centro Gallego de Madrid una conferencia sobre la morriña y la saudade, presentado por el galleguista Basilio Álvarez, que lo calificó como "gloria de Galicia y orgullo de la patria". El regreso a Galicia estuvo marcado por un cúmulo de homenajes.

En 1928 llega a Madrid, formando parte de una de las generaciones de la medicina española, de las mejores de Europa entre 1910-1930. Su actividad sigue siendo incansable, pero ahora estará rodeada de una aureola de prestigio que ya no le abandonará jamás. Al poco de integrarse al claustro de la Universidad madrileña, la Institución Hispano-Cubana de Cultura, por medio de la Junta de Ampliación de Estudios que presidía D. Santiago Ramón y Cajal, le invita a que pronuncie un ciclo de conferencias en Cuba. Llega a La Habana en abril de 1928 y en mayo emprende su regreso y en una escala que hace en Nueva York es agasajado por la sociedad Galicia Sporting Club. En junio llega a A Coruña.

La Universidad española vive situaciones conflictivas en la etapa de Primo de Rivera, no duda en unir su voz y su testimonio a la de un gran número de catedráticos y estudiantes que se oponen a las medidas represivas e intolerantes. Durante la II República es elegido diputado por A Coruña, formando parte de la llamada Federación Republicana Gallega, de marcado carácter liberal. Aceptó su candidatura por compromiso y amistad con Casares Quiroga, su actividad parlamentaria fue muy breve.

La Junta de Ampliación de Estudios lo pensiona durante cuatro meses a América del Sur. El 25 de julio de 1932 asistió en Buenos Aires a la colocación de las primeras piedras del Centro Gallego, del que era presidente el lalinense José Neira Vidal. De vuelta en A Coruña, eludió los recibimientos oficiales que le tenían preparados porque ya se encontraba enfermo. Vuelve a Madrid y reanuda las actividades del curso, convencido de que tiene algo más que una úlcera.

En la primavera de 1932 decide a acudir al cirujano, está seguro de que padece un cáncer de estómago. En el Sanatorio del Rosario, en Madrid, le operó el doctor Gómez Ulla, con presencia de su cuñado, el doctor Gamallo, médico de Lalín; dos días antes había cumplido 48 años. El cirujano se encontró con un tumor primario en el estómago, un carcinoma estenosante de píloro y con metástasis en hígado, páncreas e intestino, se le hizo una gastroenterostomía paliativa que permitió una recuperación aparente. Animado, se trasladó a Santiago, pero le sorprendió la muerte el 9 de diciembre de 1933, a causa de una hemorragia interna. Al entierro asistió una multitud ingente, que le acompañó hasta el antiguo cementerio de Santo Domingo. Un trozo humilde del suelo de Galicia acogió el descanso inmortal de uno de los más ilustres gallegos y uno de sus más grandes hombres.

(Blog historiadeza.wordpress.com)

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