La iglesia actual tan solo conserva de la primitiva traza románica la interesante fachada y el primer tramo de la nave, todo lo demás fue reformado en el siglo XVII, elevando sus muros y alargando la cabecera. Probablemente el reconstructor del nuevo templo, de traza barroca, fue el cura que regentaba la parroquia en el año 1654, según se dice en la Guía general de la Provincia de Pontevedra, publicada por Un curioso, en el año 1894 y citada por Álvarez Limeses; cura que está enterrado, bajo un arcosolio en un sepulcro labrado en piedra, en el muro sur de la nave principal, sobre el que se puede ver la estatua yacente de un sacerdote, como así lo demuestran las vestiduras sacerdotales de que está revestido.

La planta de la iglesia es de cruz latina, formada por las capillas laterales que se construyeron a ambos lados de la nave principal, dándole la configuración de las capillas, la forma de los brazos del crucero. Cabe destacar su amplitud, está cubierta en su interior con bóvedas de piedra de traza clasicista en las capillas mayor y laterales; el techo de la nave principal originariamente era de madera, sostenido por vigas también de madera, que fue sustituido por una bóveda de cemento, en la reforma que hizo el párroco don Victoriano Sucasas en el año 1957 y también fue pintado y restaurado el retablo del altar mayor que estaba muy deteriorado por la humedad, recuperando la paloma que representa al Espíritu Santo, situada en el centro del retablo. El altar mayor tiene un suntuoso retablo barroco, quizá la obra más bella del barroco de toda la comarca de Deza, por la armonía perfecta entre el tamaño de sus imágenes, sus columnas y ornamentación.

De la época románica solo queda la fachada medieval, su interesante campanario, el tramo inicial de la nave y la portada con los rellenos que en ella se pusieron para suplir lo que faltaba de la obra inicial. De la fachada se conservó la estructura original y se reemplazaron parte de los elementos originales a la vez que se introdujeron otros nuevos. Una prueba de su antigüedad, es que el color del granito de la fachada es diferente al empleado para construir los muros laterales, que son de una piedra de tonalidad rojiza. El paramento está constituido por sillares graníticos de corte regular, distribuidos en hileras horizontales. En la parte inferior de los muros se puede apreciar que los sillares tienen un tamaño mayor que los de las hileras superiores. En la zona central alrededor de la portada y en la superior se encuentran múltiples engatillados que indican que fue modificada. La estructura de la fachada corresponde a un modelo plenamente románico. Se organiza en tres niveles, en el inferior se abre la portada principal de la Iglesia, en el superior hay una espadaña de doble tronera para las campanas y como elemento intermedio, una saetera que facilita la iluminación interior.

En la parte central de la fachada, la portada sigue el modelo románico de doble arquivolta de medio punto sobre pares de columnas, aunque solo reutiliza de época románica los arcos. La portada tiene dos pares de columnas acodilladas a ambos lados, una doble archivolta tórica, es decir dos molduras que en forma de arcos concéntricos que decoran el arco de la portada en su parte exterior; un tímpano ornamentado sobre un arco carpanel, arco rebajado que se apoya en las jambas, cuyas aristas en listel se unen en el frente del arco. Los capiteles y dos de las basas de las columnas no corresponden al estilo románico. Los capiteles probablemente pertenecían a alguna otra edificación, reutilizados en la portada, porque se perdieron los originales y estos pudieran ser unas basas de columnas corintias invertidas. Los fustes de las columnas son monolíticos que en dos de ellas no se ajustan a las dimensiones de los falsos capiteles. Las archivoltas son tóricas, ornamentadas con rehundidos de arista en un bocel, moldura convexa de sección semicircular. Sobre el ábaco de las columnas interiores descansa una losa, que puede ser lo que queda del tímpano medieval, en la que hay esculpidas dos rosetas con cruces en el centro, y el monograma IHS. Sobre esta improvisada base que forma una hornacina hay una imagen de piedra de Santa María, cuya antigüedad se desconoce. En fin, en la portada de la época románica solo se pueden considerar las archivoltas, el tímpano que se apoya en el curioso arco carpanel, los ábacos y parte de las columnas.

Encina de la portada esta la saetera o abertura de la ventana románica de forma abocinada, que está en línea con el eje vertical del piñón del campanario de indudable traza románica. En el campanario hay dos arcos de medio punto, con enmarcado de un resalte de archivolta de bocel, acusando los arcos la directriz peraltada y un ligero cierre en el arranque, que está marcado con una saliente imposta que se extiende por las caras de las pilastras que cierran los vanos de los arcos. Tiene un frontón triangular, abierto por un pequeño ojo de buey en el centro, y coronando el campanario se conserva el Agnus Dei con una cruz celta. El carnero, dado su nivel de desgaste podría ser una pieza original, sin embargo la cruz antefija de lazos, por la antigüedad de sus aristas parece nueva. Su ubicación primitiva sería uno de los piñones de la nave o del ábside. Es de los pocos campanarios románicos que quedan en Galicia, dentro de esta forma de espadañas terminadas en triangulo, cuya base está en la línea que corta los arcos en que se apoyan las campanas.

A ambos lados de la fachada quedan dos recios pilares, en forma de banda lombarda, de la primitiva edificación, que mueren en un sillar por debajo del alero, así como restos de algunos canecillos y la presencia de molduras en gola, que denotan claramente la reconstrucción, aunque siguiendo la disposición románica. Sobre el contrafuerte más meridional se conserva el canecillo mas occidental, decorado con una cabeza humana muy tosca que soporta una cornisa cortada en curva de nacela, mientras en el lado septentrional se conservan tres canecillos, uno con otra cabeza y dos en proa.

Deplorable estado

Completando el recuerdo de la antigüedad románica, en el interior se conserva una pila para el Agua Bendita, situada en el muro norte al lado de la puerta lateral de acceso a la Iglesia y una imagen de Santiago peregrino, sobre la que reposaba una de las vigas del antiguo techo de madera, y que está situada en la pared sur de la nave principal, a la altura de tribuna.

En el atrio o patio de acceso al templo, en ambas esquinas, hay dos interesantísimas pilas bautismales de origen románico, de gran valor arqueológico, casi abandonadas y que deberían conservarse en un lugar más acorde con su valor histórico. La más interesante es la que está situada en el atrio entrando en el lado izquierdo, es una copa granítica cilíndrica de grandes dimensiones, tiene casi un metro de diámetro en la boca. Ha sufrido una gran erosión, pero en la panza aun se pueden apreciar unos relieves muy desgastados: se trata de una cenefa de grandes hojas nervadas dispuestas en paralelo unas a otras que por su perfil parecen hojas de roble. A los pies de la fachada esta el sepulcro de D. Ramon María Aller, el hijo más ilustre de Donramiro.

En la actualidad, la iglesia se encuentra en un deplorable estado de conservación, llueve en su interior y las humedades están dañando el hermoso retablo, por ello es necesarios que las personas responsables, tanto religiosas como civiles, junto con los vecinos, tomen las medidas necesarias para restaurarla urgentemente y no se deje perder esta pequeña joya arquitectónica, junta a la cual reposan nuestros queridos antepasados.