Lalín es, en función del número de castros catalogados, el territorio más celta de Galicia. Las 31 fortificaciones descubiertas y protegidas en su planeamiento urbanístico empujaron al Concello a tratar de recuperar este patrimonio histórico y artístico como un reclamo turístico más. Aunque todavía está todo por desarrollar, la primera apuesta del ejecutivo fue el Centro de Xestión e Coñecemento da Cultura Castrexa, que, con fondos europeos comenzará a funcionar en el Pazo de Liñares este año. Después, y con una inversión de algo más de 1 millón de euros, se puso en marcha el centro virtual. Una parte de este proyecto estará en el consistorio y otra en el Museo Provincial.

Pero para completar el proyecto científico y turístico el alcalde, José Crespo, anunció ayer la intención de la administración local de hacerse con el castro de Donramiro. El primer paso, todavía en ciernes, es la adquisición de los terrenos de una singular fortificación situada a escasos minutos del casco urbano caminando. Una vez lograda la posesión el Concello trataría de excavar este castro, el primero del municipio, aunque este proyecto podría tardar muchos años en materializarse, una vez que esta intervención precisa de un importante desembolso económico. La financiación externa de un programa europeo podría ser una vía para lograr este propósito, que se antoja a largo plazo.

El anuncio del mandatario coincidió con la solicitud de comparecencia de la presidencia del pleno a instancias del PSOE local para que explicase las características del Centro Virtual dos Castros. Crespo, como siempre propenso a largas intervenciones, indicó que comparecería en la próxima sesión plenaria, pero no pudo contener su ansia de lanzar la propuesta sobre el castro de Donramiro. Este terreno está situado a escasos metros del campo de la fiesta de la parroquia y desde su cima puede divisarse el casco urbano. Actualmente presenta un pésimo estado de conservación y sobre su copa se asentaron hace tiempo antenas de telecomunicaciones y una gran estructura metálica para sonrojo de los que desean visitar este castro, que, según expertos, podría ser uno de los más característicos del término municipal por su conformación estructural. Sobre el centro virtual el portavoz del PSOE, Manuel González Aller, inquirió a la Alcaldía a que diese cuenta por qué este proyecto precisaba más de 300 metros cuadrados de las construcciones circulares exteriores del consistorio.

El pleno comenzó con la aprobación de sendas inversiones para la construcción de un falso techo para la Praza de Abastos y un suplemento de crédito para el equipamiento del centro social de Goiás con un aula de informática y una caldera de pélets. En el primer caso el Concello debe aportar 2.979 euros para la obra, mientras que para Goiás son precisos 3.600 para un proyecto cofinanciado por el GDR y que alcanza los 13.500. Desde la oposición se respaldó la mejora del centro social de Goiás, aunque se planteó que no hubiese agravios comparativos en otras parroquias. El BNG, a través de su portavoz, Xesús Cordeiro, incluso propuso que desde el ayuntamiento se impulsase la constitución de colectivos vecinales.

En materia de infraestructuras, pero de mayor dimensión, se abordó la problemática de la Ronda Este y su deficiente estado de conservación. El teniente de alcalde Román Rodríguez atribuyó el deterioro del parte de los tres viales que integran esta circunvalación a una rebaja presupuestaria sobre el proyecto inicial. Esta cuestión, aunque con más matices, fue refrendada por Crespo al admitir que aunque la ronda había sido traspasada al Concello y por tanto su conservación era competencia municipal, la carretera había sido construida por la Xunta. Mencionó el esfuerzo que supuso para el ayuntamiento poner a disposición de la consellería los terrenos libres de cargas -no como en obras de otros concellos- e insistió que ya entonces advirtió de que las características del terreno del Agro de Lalín de Arriba, con mucha humedad, provocaría un deterioro rápido del firme. Esta recomendación, dijo, fue obviada. Aunque lejos de polemizar o enfrentarse con la Xunta, reconoció que podría demostrar que la Consellería de Infraestruturas recepcionó una obra "con un vicio oculto".

En todo caso no habrá convenio entre Concello, Xunta y Fomento para la mejora integral de la ronda, intervención cifrada en medio millón de euros. La negativa de la consellería de Ethel Vázquez a aportar dinero, al menos este año, y la posición idéntica de Fomento obliga al ayuntamiento a reparar solamente a corto plazo aquellas zonas más deterioradas. La mejora integral dependerá de la financiación externa, sin descartar un préstamo desde el Concello si tiene que asumir la obra en solitario. La oposición respaldó la moción del gobierno local mediante la que solicitan a la Xunta apoyo económico para este proyecto.

Más acorralado estuvo el ejecutivo en el debate sobre el caso del técnico de Obras Públicas, donde se refrendó el dictamen del Consello Consultivo que ve incompatible la actividad profesional y pública del trabajador. El secretario general del Concello, César López Arribas, explicó que el funcionario había solicitado la compatibilidad en 1997 sin obtener respuesta por parte del ayuntamiento, entendiéndose por tanto que podía desempeñar ambas funciones, algo destacado ahora. "Él la tenía concedida y ustedes lo dejaron hacer, si no ¿por qué estamos ahora anulando aquel acto?", declaró el socialista Cristóbal Fernández Vázquez. "Nosotros no lo vemos así, pero cada uno es responsable de sus actos", dijo el alcalde en alusión al técnico, cuya situación legal fue trasladada a la Fiscalía a raíz de la denuncia de una empresa.

El veterano edil del PSOE, en una disputa dialéctica con Crespo en tono cordial le dijo que no volvería a repetir en 2015 como miembro de la corporación. Esta cuestión ya había sido proclamada por Fernández Vázquez meses atrás en un pleno, donde suelen salir a relucir el tiempo que llevan algunos miembros del gobierno al frente de la gestión municipal.