Tras más de dos meses con temperaturas muy suavizadas por frecuentes episodios de precipitaciones, el verano recaló ayer en las comarcas con los termómetros muy por encima de los 30 grados, por obra y gracia de una masa de calor africano que se instalará sobre la comunidad gallega al menos hasta mañana. De hecho, las previsiones de Meteogalicia señalan que el martes será el día más caluroso del estío, con máximas que en el caso de A Estrada alcanzarán los 33 grados, dos por encima del pronóstico que se baraja para Lalín. Por este mismo motivo, desde el Ministerio de Agricultura se indica que la zona norte de la provincia, en la que se enclavan los municipios de Deza y Tabeirós-Montes, estarán en un nivel de riesgo extremo de padecer incendios forestales. En la misma situación se encuentra todo Ourense -que ayer alcanzó nada menos que los 36 ºC- así como el interior de las provincias de Lugo y A Coruña.

Las altas temperaturas, por lo demás inusuales para finales de agosto, se constataron ya desde primeras horas de la mañana, de ahí que los vecinos aprovechasen para disfrutar de las piscinas municipales o la veintena de áreas recreativas que se reparten por los nueve municipios. Cualquier alternativa era bienvenida con tal de no soportar el calor en los cascos urbanos de las villas. Por eso, quien no tuvo la oportunidad de soportar la masa de calor africano cerca del río o del mar, aprovechó las últimas horas de la tarde para acercarse a las terrazas de la zona de vinos. Pese al calor sofocante, desde los servicios de seguridad y protección de las comarcas se indica que no hubo ninguna incidencia sanitaria referida a golpes de calor.

A falta de poco más de tres semanas para que termine el verano, éste pasará al recuerdo como uno de los más inestables de los últimos años y cumple las previsiones en las que se hablaba de un periodo estival más bien fresco. Sin ir más lejos, las temperaturas mínimas en Mouriscade en la madrugada del sábado al domingo eran de tan sólo 6,6 grados, y de ahí que el verano haya llegado casi al final y por sorpresa. Pero repasemos el clima desde el 21 de junio. En Ourense, al refrán popular del "hasta el 40 de mayo no te quites el sayo", se le añade la coletilla de "y para estar más seguro, hasta el 40 de julio". Y este año, el refrán se hizo realidad. Tras una primavera que se prolongó hasta prácticamente mediados de julio, tanto en ese mes como en agosto las precipitaciones se produjeron con una periodicidad de casi dos semanas, con el añadido de que las temperaturas en agosto descendieron varios grados por debajo de la media, llegando incluso a valores más propios de octubre. De este modo que, en lo que llevamos de verano, en la estación de Mouriscade se recogieron 124,8 litros/m2, una cifra que en la estación forcaricense de Pereira se dispara a los 294,2. Para hacernos una idea, basta con pensar que en el mismo periodo del año pasado, en Mouriscade se recogieron 53,6 litros (es decir, menos de la mitad que este verano), mientras que los termómetros ya habían rozado en julio los 37 ºC de máxima. En cuanto al complejo de Forcarei, en esas fechas las máximas alcanzaron los 34 ºC y los 107,6 litros/m2 de precipitaciones.

El mes que cerramos ayer da buena muestra del volumen inusual de precipitaciones al comprobar que el embalse de Portodemouros está al 76,09% de su capacidad total (226 Hm3 sobre un total de 297, mientras que la media de los últimos 10 años por estas fechas se queda en los 161 Hm3, esto es, al 51% de su capacidad total.