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Justo Martínez regresa a la villa que le honra desde 1906

A Estrada acoge la presentación de la biografía del polifacético general, médico, empresario y político valedor de las comarcas

Asistentes al acto oficial de presentación de la biografía de Justo Martínez en el Recreo Cultural.

Si como dijo él en su día de un compañero caído y aseguró en alusión a su figura uno de sus biógrafos "la muerte no llega nunca a los bravos ni a los que han sembrado en La Tierra la justicia y la virtud", parece justificado que Justo Martínez haya desafiado al olvido y siga vivo en el recuerdo. Su figura brilló de nuevo con luz propia el sábado en A Estrada, la villa que en 1906 decidió mostrarle su "entrañable afecto y sincera gratitud" por su "multitud de atenciones y servicios" dedicándole una calle. A Estrada y Deza le deben obras como la reconstrucción del viejo puente de Pontevea o la carretera de A Estrada a Silleda. Son solo dos de las mejoras que logró para la zona a la que representó como diputado.

Pero los 88 años de vida de Justo Martínez fueron prolíficos en los más diversos ámbitos. Sus hitos fundamentales fueron recordados el sábado en el Recreo Cultural de A Estrada por Jaime Antón Viscasillas, uno de los dos investigadores emparentados con este polifacético general, médico, abogado, empresario y senador vitalicio valedor del progreso de A Estrada y Deza que pretenden salvar su vida y obra del olvido. La biografía -de la que también es coautor Carlos Viscasillas Vázquez (que ya había publicado en 2007 una breve biografía de Justo Martínez en A Estrada, Miscelánea histórica e Cultural)- consta de 265 páginas, aderezadas con 85 ilustraciones y fotos. Gran parte de ese material ha sido obtenido por sus autores buceando, gracias a Roberto Rivas, en el archivo del Pazo de Sestelo en Siador (Silleda), donde Justo Martínez solía veranear.

El libro -cuya presentación quiso respaldar el sábado el alcalde de A Estrada, José López Campos- ya está a la venta en las librerías Faro de A Estrada, Arenas de A Coruña y Central Librera de Ferrol.

Sus páginas descubren los puntos más destacados de la vida del político liberal diputado por A Estrada y Lalín que, además, tuvo una meteórica carrera militar. Con 31 años ya era coronel. El Ejército le envió a Alemania, Italia y Francia para formarse y tomar ideas acerca de ambulancias, técnicas sanitarias y material clínico que luego se implantarían en el Ejército español. Fue amigo de Ramón y Cajal y médico personal de uno de los cuatro presidentes de la I República, Emilio Castelar. En el acto también se aludió a su vida personal. Y a este respecto sus biógrafos defienden que Justo Martínez fue muy cariñoso con su familia, benefactor de muchos y algo donjuán.

Todo ello no le impidió destacar como empresario. Lideró empresas de tranvías que favorecieron las comunicaciones en Madrid -que le dedicó una calle- y promovió un canal de aguas en Ciudad Real.

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