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Agaia debe entre 2.000 y 4.600 euros a otras tres firmas dezanas por obras en la planta de biogás de Mouriscade

Aseguran que la empresa "era consciente de que no le llegaba el dinero" para costear el proyecto

La deuda de 17.000 euros que tiene Agaia Energías Renovables con Excavaciones Luis Vilariño no es el único pasivo pendiente de la obra de la planta de biogás en Mouriscade. Hay, al menos, otras tres empresas dezanas que están a la espera de cobrar por los trabajos que realizaron en este recinto, abierto hace más de un año y a cuya edificación se destinaron 230.000 euros.

Agaia contrató a Instalaciones Tubío SLU para colocar el sistema de calefacción para el digestor, con un coste de 4.000 euros. El responsable de esta empresa, Carlos Rodríguez, recuerda que "tuve que adelantar tanto salarios como material". Una vez que finalizó su trabajo e intentó cobrar por el mismo, solo obtuvo como respuesta de Agaia "que Energy Lab se había quedado con el aval". Esta sociedad se encargó de la gestión de la planta y fue la que contrató la construcción de la misma a Agaia. En algunos casos llegó a tratar con las empresas subcontratadas para pagar "certificaciones que no nos correspondían", como señalan fuentes de dicha sociedad.

Cantidad similar a la que desea cobrar Instalaciones Tubío es la que tiene pendiente Socogás. Esta firma se encargó de colocar la conexión de gas entre el digestor y la turbina, por un importe de 4.600 euros. Energy Lab le adelantó una parte, que tendrá que devolver en caso de que cobre lo que le pertenece de Agaia.

Sí pudo cobrar una parte de sus emolumentos otra empresa dezana, Carpintería Metálica Varela. Su responsable, Fernando Varela, apunta que durante dos días un par de empleados se encargaron de chapear el hormigón. Había un compromiso de cobrar la mitad de los emolumentos, y así se hizo. Pero Varela sigue esperando a percibir los otros 2.000 euros que se le deben ya que, al igual que las demás empresas, tuvo que costear de su bolsillo tanto el material como los salarios de sus empleados. Se encargó también de obras a mayores, como cortar algún motor o colocar tapas no previstas en el presupuesto inicial. El coste de estos trabajos extra ronda los 100 euros. "Agaia me responde que no puede pagar, porque no tiene dinero. Esta empresa ya sabía de antemano que no iba a cubrir todas las facturas porque no le llegaba el presupuesto", afirma este empresario, que también culpa a las demás entidades implicadas. "Tanto Energy Lab como la Diputación [que aportó la finca] sabían que ese dinero no era suficiente, pero le concedieron la obra de todas formas", se queja.

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