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Un 11% de los vecinos de Deza padece algún tipo de discapacidad física o psíquica

El censo, 4.863 personas, aumenta en más de 600 en los últimos cuatro años »Sube en todos los municipios »La diversidad funcional física aglutina casi la mitad de los casos

Los usuarios del centro ocupacional de Aspadeza en Mouriscade, durante el Entroido. // Bernabé/Gutier

En líneas generales, uno de cada diez dezanos padece algún tipo de discapacidad, según los datos que acaba de hacer públicos el IGE. En los seis municipios residen 4.863 personas a las que les ha sido reconocida una diversidad funcional, de un total de 41.374 residentes en la comarca. Ese 11% de personas con minusvalía supone, además, un aumento de vecinos con discapacidad en los últimos cuatro años, puesto que en 2010 se contabilizaban 4.273, es decir, 610 menos.

El incremento se produce en los seis municipios y en todos ellos predominan, también, los casos en que se constata una diversidad funcional de carácter físico. En toda la comarca hay 2.869 personas en este caso, más de la mitad del total. La Seguridad Social establece un baremo de clasificación de la minusvalía, para calcular así la cuantía de la prestación que le corresponde a cada persona afectada. Este baremo también resulta útil para las empresas, pues al incorporar a su plantilla a una persona con una discapacidad de al menos un 33%, la firma tiene derecho a recortes en la cuantía que aporta por ese trabajador a la Seguridad Social.

Veamos los datos por ayuntamientos. En la cabecera comarcal, Lalín, se contabilizan 2.252 personas con algún tipo de diversidad funcional reconocida: en 1.354 casos se trata de una diversidad física, mientras que 639 es psíquica y los 259 casos restantes registran una diversidad funcional de tipo sensorial. En Lalín, desde 2010 la cifra de vecinos discapacitados aumentó en 356 casos. El incremento en Silleda ha sido menor, de 108 residentes (pasa de 695 a 803). Estos más de 800 vecinos con minusvalía padecen, en 482 casos -más de la mitad-, secuelas de carácter físico, mientras que 238 son de tipo psíquico y 143, sensorial. En cuanto a Vila de Cruces, sus cifras se mueven en cantidades similares a las de Agolada, pese a que casi triplica la población total de este concello. En el municipio cruceño la Seguridad Social reconoce la discapacidad de 656 vecinos, frente a los 605 de Agolada. Se trata de minusvalía física en 379 expedientes, mientras que la psíquica y la sensorial afectan a, respectivamente, 207 y 70 habitantes. En el caso de Agolada, hay 332 vecinos con algún impedimento de movilidad física, a los que se suman 203 con problemas de tipo psíquico y otros 70 con secuelas sensoriales. Tanto en Cruces como en Agolada también aumentaron los casos de personas con discapacidad, pues en 2010 se contabilizaban 615 y 556 casos, de modo que aumentaron en 41 y 49 personas.

Las cifras ya son más modestas en Rodeiro y Dozón, con 411 y 136 discapacidades reconocidas. En Rodeiro, de esas 411 personas con discapacidad, de nuevo un número considerable, 245, padecen discapacidad física. Seguridad Social constata, además, 122 vecinos con algún tipo de minusvalía psíquica y otros 44 con discapacidad sensorial. La cifra de Rodeiro aumentó en 23 personas. Por último, en el municipio de Dozón reciben prestación por su discapacidad 136 vecinos, solo 13 más de los que se contabilizaban hace cuatro años. La discapacidad física afecta a 77 de ellos, mientras que la psíquica se da en 42 y la sensorial, a los 17 vecinos restantes.

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