El director de la Fundación Semana Verde de Galicia, Ricardo Durán, sale al paso del informe del Tribunal de Cuentas en el que se pone en entredicho la continuidad de la Semana Verde, tras fiscalizar sus cuentas de los ejercicios 2010 y 2011. El documento que ayer desgranó FARO coloca a la Semana Verde como la fundación gallega con los peores resultados económicos en esos dos años. Es más, ese período figura en el plan de viabilidad que semanas atrás presentó el propio Durán, y en él se apunta que desde 2009 a 2013 la fundación alcanzó los 3,04 millones de euros de pérdidas. De esta cifra, casi 659.000 corresponden solo al ejercicio de 2011.

Durán explica que, precisamente por estos malos datos, en diciembre se "inició una nueva etapa" en la Semana Verde, marcada por su nombramiento como sustituto del anterior director, Pedro Corbacho. Esta reorientación del recinto ferial trasdezano se tradujo en el plan de viabilidad, con el que "dejar de caminar a la deriva y avanzar hacia la autofinanciación", como explica el director.

La intención del plan de viabilidad -presentado a finales de abril- coincide con las recomendaciones del informe del Tribunal de Cuentas: las fundaciones gallegas adolecen de una dependencia excesiva de la Xunta, cuando lo ideal es que tengan más capacidad para captar recursos externos o financiación privada que les permitan seguir organizando actividades de interés general. A día de hoy, Semana Verde se nutre de las subvenciones de la Xunta y de la Diputación, que precisamente firmó la semana pasada la renovación del aporte económico que entrega al complejo silledense. También es cierto que la fundación aún está a expensas de cobrar 101.257 euros de deudas de clientes.

Durán, que lleva seis meses en el cargo, también ha puesto en marcha otra medida que destaca el Tribunal de Cuentas en su informe: la reducción de plantilla. La Semana Verde despidió a siete trabajadores y redujo el sueldo a otros dos, en el segundo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se aplica a un plantel que ahora roza la veintena y que en tiempos de Paloma Hidalgo, la gerente entre finales de 2008 y 2012, alcanzaba las 38 personas. Para entender el gasto que supone el personal de las fundaciones, en 2010 la plantilla de las 78 fundaciones gallegas generaba un gasto de 47,4 millones de euros. La cifra es tremenda, pero supuso un 5% menos que el gasto de 2009, porque la Fundación para el Fomento de la Calidad Industrial decidió, precisamente, prescindir de un sector de sus empleados.