Iria Reboredo, oriunda de Lalín pero afincada desde hace muchos años en Buenos Aires (Argentina) afirma que "debería de ser el pueblo quién decidiese su futuro". Esta vecina, de 72 años, critica, además, que "son demasiados cuartos los que se destinan al monarca como para que el pueblo no pueda decidir siquiera que continúe o no en ese puesto. Creo que en este momento se le debería permitir a la gente elegir, o al menos preguntarle, si quiere continuar con el rey o si por el contrario prefieren un cambio".

Tras el inesperado anuncio de la abdicación del Rey en la jornada del lunes, los lalinenses muestran cierto desapego frente a los acontecimientos vividos en la capital del país. La cuestión del relevo generacional anunciado por el monarca provoca opiniones enfrentadas, además de cierta indiferencia.

El apego por la monarquía ha sufrido un declive general en los últimos tiempos y la comarca no es ajena a esa realidad. Por eso, incluso para los que defienden la corona, el cambio se hacía esperar desde hacía tiempo, pues muchos ven en la figura del futuro monarca una ventana abierta a la esperanza y la unidad en un momento convulso. Su preparación es incuestionable para una gran parte de estos vecinos. Aseguran que "la figura del monarca les ha acompañado desde hace muchos años pero es necesario la renovación", comentaban dos lalinenses.

Por otro lado, se elevan voces críticas que reclaman un cambio democrático y apuestan por someter a los designios populares el futuro más cercano del país. Los últimos deslices de la monarquía no han hecho más que reforzar el descrédito en este sistema, que tachan de obsoleto. En un momento como este, la ironía y la sorna tampoco faltan, e incluso salen a la palestra figuras muy conocidas de la villa como O Naranxo, ya que para algunos vecinos el cambio guarda ciertos paralelismos con la realidad en la que vivía este personaje, quien, sin preocuparse nunca por la falta de dinero, repartía billones y trillones imaginarios a diestro y siniestro. "Las nuevas generaciones harán lo mismo, estaremos encantados con ellos mientras que a nosotros nos tocará comer los ladrillos sobrantes de tanta crisis", critica sarcásticamente una vecina.

Muchos son los que sienten cierta indiferencia ante los acontecimientos históricos y no se posicionan claramente en favor de uno u otro postulado, simplemente, sienten lejana la decisión. Tampoco hay una clara opinión sobre la idoneidad del momento escogido por el Rey para hacer pública su decisión. Para algunos llega con acierto, para otros se ha hecho esperar demasiado, hay quien ve una estrategia frente a los cambios políticos y sociales que se han gestado en los últimos años, o incluso quien considera que no hay un momento idóneo para llevar a cabo este traspaso de poderes.

Eso sí, el asunto del relevo monárquico fue uno de los temas más recurrentes en la jornada de ayer en la que se vivió una mañana bulliciosa por la tradicional celebración de la feria de principio de mes en la capital dezana.