La comisión de gobierno del Concello de A Estrada decidió declarar el ruina y permitir la demolición de un edificio ubicado en el número 56 de la calle Fernando Conde. Se trata de la edificación sobre la que se derrumbó una grúa de construcción el pasado invierno, una grúa que a día de hoy todavía continúa caída sobre la zona impidiendo la circulación de vehículos por la calle anexa. Tras ese incidente, la empresa propietaria de los terrenos y que había iniciado la construcción de viviendas en una finca anexa, Promociones Ramallosa 5, reclamó poder tirar la construcción al tiempo que retiraba la grúa, una petición difícil de atender al tratarse de un edificio anterior a 1940 -del año 1910 según las estimaciones de los técnicos municipales-.

La petición de demolición de esta vivienda arrancó hace cuatro años. Por aquel entonces los técnicos municipales constataron que se encontraba en una situación de ruina técnica y económica. Sin embargo, por tratarse de una edificación tan antigua estaba protegida por las entonces vigentes normas transitorias en el urbanismo estradense, que exigían que la demolición de una construcción tan antigua necesitaba obtener el visto bueno de la Dirección Xeral de Patrimonio. Por este motivo, en el año 2010 se remitió el expediente al organismo autonómico para conseguir el permiso.

Tres años después, el gobierno municipal y la firma propietaria seguían sin obtener el permiso, por lo que, considerando vencido en exceso el plazo legalmente previsto, el alcalde, José López Campos, envió un comunicado a Patrimonio pidiendo la devolución del expediente para realizar su tramitación a nivel municipal. La caída de las normas transitorias por el fallo del Tribunal Supremo y el regreso a las Normas Subsidiarias, redactadas por Juan Rico Lenza en 1978 hizo que ya no fuese necesario pedir la autorización de Patrimonio para construcciones realizadas antes de 1940.

De esta manera, el gobierno municipal apoyó su declaración de ruina en los informes de los arquitectos municipales. Argumentan en este sentido que se trata de una ruina técnica y económica. En el aspecto económico destacan que el precio de las obras de reparación necesarias excede de la mitad del coste de reposición de la edificación o de nueva construcción con características similares, excluyendo el valor del suelo. En cuanto al aspecto técnico, su decisión se basa en el agotamiento generalizado de los elementos estructurales fundamentales.

La declaración de ruina y el permiso de demolición concedido por la comisión de gobierno permitirá al Promociones Ramallosa continuar con su plan urbanístico para la zona. La firma recibe licencia urbanística de obra mayor para la demolición de la edificación y tendrá un plazo de seis meses para comenzar las obras y de tres años para su ejecución. Paralelamente, la firma se encargaría de realizar la retirada de la grúa caída sobre la construcción.

La grúa partió en la parte más alta de la torre durante un temporal de viento y lluvia del pasado mes de febrero y provocó que la pluma se derrumbase en el edificio anexo que afortunadamente se encontraba abandonado. Inicialmente desde el gobierno municipal anunciaron que tendrían que hacerse cargo de la retirada de la grúa. Finalmente se negoció con la empresa, que no se encuentra en actividad, una solución que evitará al Concello asumir los costes de la retirada.