El Concello de Lalín invirtió en 2010 más de 150.000 euros en dos infraestructuras a las que no ha sacado partido alguno en estos cuatro años. En terrenos del antiguo auditorio al aire libre del Paseo do Pontiñas -junto al conservatorio y en la carretera de Agolada- se levantaron dos obras en las que ahora solo queda miles de kilos de hormigón que las sustentan y poco más.

Más que razonable parecía la creación de un circuito de educación vial para formar a escolares en el conocimiento de las normas de circulación y tránsito de peatones. Pero el gobierno local, tras impartir unas sesiones a estudiantes en colaboración con agentes de la Policía Local aparcó este proyecto. Luego trascendió que el parque vial no podría ser utilizado pues carecía de la correspondiente homologación y autorización de la Dirección General de Tráfico (DGT). A finales de abril del año pasado el Concello admitió que ese era el único motivo por el que la instalación educativa se había paralizado, pero entonces se indicó que el circuito vial se recuperaría para impartir cursos a escolares. Pero hace un año se apuntó que el problema iba a solucionarse con celeridad luego de una reunión con responsables de la DGT celebrada un año antes, lo cierto es que tras cuatro años y una inversión de 76.000 euros en este circuito solo hay un trazado sin más. No están disponibles los vehículos a pedales o eléctricos -karts, cuatro bicicletas y una moto- para las prácticas de escolares y, evidentemente la señalización fue retirada. Nada se sabe tampoco de las campañas conjuntas entre la DGT y el ayuntamiento para sensibilizar a los más jóvenes sobre la prevención en materia vial.

Otros 75.000 euros costó el skate park construido a escasos metros del parque vial. Cuenta con una rampa de 1,5 metros de alto y 4 de longitud, una plataforma de salida de 1,4, una caja central a dos niveles de nueve metros, con un banco corrido de hormigón que no usa nadie.