El voluntariado que desde marzo acoge la Residencia Nosa Señora das Dores de Lalín está compuesto por jóvenes formados en distintos ámbitos, como la psicología, la educación infantil, la atención sociosanitaria o la enfermería. Todos ellos comparten sesenta jornadas con los mayores del centro con el fin de "desenvolver la historia de vida de los usuarios para conocer qué vida, qué situaciones y cómo vivieron las personas antes de entrar a vivir en el centro", indica la directora de la residencia, María José Batán. Los jóvenes han diseñado una entrevista semiestructurada para comenzar con el traspaso de formación y de aprendizajes de una generación a otra, ayudados de recuerdos, fotografías antiguas o de objetos significativos.

Sheila Sobrado es una joven de Rodeiro que ha hecho muy buenas migas con Concha. "Lo que más me gusta es el trato con el mayor y lo que aprendes de ellos". Sheila reconoce que cuando llegó a la residencia "pensaba que no iba a ser tan fácil" congeniar con los mayores pero asegura que "los residente son súper agradecidos". Sheila y sus compañeros redactan desde hace días la historia de los usuarios, que la directora del centro define como "las vivencias de una agricultora típica gallega o una aspirante a actriz, una transmisora de romerías y una mujer de mucho mundo", en relación a las numerosas experiencias que desvelan los residentes a los voluntarios del proyecto.

Alimentación y ropa

Elena Romeu es una psicóloga de Santiso que también valora positivamente su participación como voluntaria. Elena explica que "con ellos ves cómo era aquella época de antes", en especial lo referente a los hábitos culinarios y a la ropa utilizada. "El mejor vestido que tenían en el armario lo utilizaban los domingos o los días festivos", cuenta Elena Romeu, que recibe estos días todas esa información de la rodeirense Rosa Novoa. Rosa está encantada con su nueva amiga y reconoce que en la residencia "me tratan muy bien y me encuentro como en mi propia casa". Elena subraya el hecho de "lo mucho que aprendes, también, sobre las dificultades que tenían en aquellos tiempos".

Por otra parte, los voluntarios del programa intergeneracional de la Residencia Nosa Señora das Dores de Lalín también trabajan conjuntamente con los participantes de un curso de nuevas tecnologías en el diseño y maquetación de la historia de vida. Al finalizar el proyecto se publicará un libro con el objetivo de mantener y perdurar la información y las vivencias de los mayores del geriátrico. Entre ellas también se encuentran las de Jesús, que habla sobre su experiencia como patrón de barco de pesca, o la de Puri, que muestra con orgullo las manos que han elaborado los mejores dulces de todo Uruguay.

El recuerdo de los trabajos duros del campo están presentes aún en los mayores que desde el mes pasado confiesan sus vivencias a una serie de jóvenes que comprenden la importancia del esfuerzo, la constancia y la atención a los hijos en momentos complicados, todo ello contado con emoción y ternura.