El gobierno gallego tratará de convencer al Ministerio de Fomento del traspaso de la autopista que comunica Santiago con la comarca dezana. Las negociaciones, ya iniciadas, están en punto muerto por la negativa del departamento ministerial a condonar los 60 millones de euros aportados mediante un préstamo participativo para la construcción de la vía de alta capacidad. Pero la consellería de Medio Ambiente, a través de su máximo responsable, Agustín Hernández, apurará todas sus bazas para que Fomento acceda a transferir la AP-53 sin cargas económicas. A día de hoy Fomento no está por la labor.

Los próximos meses serán claves en las negociaciones y hacia el verano o en la entrada del otoño podría haber novedades en este sentido. Voces solventes aseguran que "se intentará esta operación" cuya gestión política ahora está en manos de Agustín Hernández, pero no se descarta, si fuese preciso, la intervención del dirigente autonómico, Alberto Núñez Feijóo. "A día de hoy las cosas se puede decir que están mal, pero después del verano se intentará de nuevo", afirma un dirigente del PP gallego. La Xunta no está dispuesta a aceptar las condiciones de Fomento y, sin ser una cantidad inasumible para el ministerio coordinado por Ana Pastor, la reciente operación de rescate de las autopistas radiales de Madrid ha absorbido importantes recursos. Lo cierto es que las tarifas de la conocida ya como autopista más cara de cara de España -la de Fomento que más tráfico ganó el año pasado- no paran de crecer y en una década sus precios se han incrementado en un 70%. Las promesas de los sucesivos gobiernos autonómicos -el PP fue el que creó el problema- de poco han servido y los usuarios de la AP-53 ven como cada año las tarifas no paran de subir y, sobre todo, sin contar la autopista con una alternativa real al mantenerse bloqueado desde hace años la eterna promesa de adecuación de la N-525.

Bajada de precios

En caso de que fructifiquen las negociaciones entre la Xunta y Fomento la ventaja para los usuarios de la vía de alta capacidad se traduciría en un importante ahorro por el abaratamiento del peaje, estimado en torno a un 25% menos. Cabe apuntar que a día de hoy el trayecto entre Lalín y Santiago de Compostela cuesta a un turismo 5,95 euros; es decir, el trayecto de ida y vuelta se dispara a 12 por los menos de 100 kilómetros que separan los dos centros urbanos. La renuncia de Fomento a los 60 millones de euros es clave, pues esta cantidad podría destinarse para una sustancial rebaja del peaje. El trayecto para los vehículos ligeros ha pasado de los 5,80 euros del año pasado a los actuales 5,95, después de que la concesionaria -Acega- aplicase a este tramo una subida del 2,5%, por encima del 1,85% aprobado por Fomento y aplicado a otras vías como la AP-9 (Vigo-A Coruña).