Los datos estadísticos desvelan que, si en 2007 había 8.404 estudiantes no universitarios en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, en 2013 la cifra era de 7.752, es decir, 652 matriculados menos. Ello es la consecuencia de la falta de relevo generacional o, lo que es lo mismo, el envejecimiento de la población.

-La matrícula de alumnos extranjeros ayuda a salvar las cifras de muchos colegios. Pero, ¿ha habido tiempos mejores en cuanto a alumnos foráneos?

-La verdad es que sí. Ahora mismo, en el instituto Laxeiro tenemos media docena de chicos de otros países, pero es que años atrás había chavales búlgaros e incluso rusos. Se nota mucho la crisis y, la verdad, la mayoría de los inmigrantes que permanecen aquí son los que proceden de Sudamérica.

-¿Existe alguna medida de integración para estos jóvenes, como clases de español o de gallego?

-En nuestro caso, tuvimos que arreglárnoslas porque no optamos a un profesor de español si no tenemos un grupo de entre 10 y 15 alumnos. Así que lo que hacemos es aprovechar determinadas asignaturas para facilitarles materiales con los que puedan aprender el idioma más fácilmente. Desde la administración se prometen ayudas para la escolarización e integración de estos jóvenes, pero al final nunca se conceden.

-¿El diseño curricular incluye materias como otras religiones o historia de otros países?

-Sí, sí se ofertan esas materias, en atención a la diversidad del alumnado, pero el problema es que apenas existe demanda sobre ellas.