Los vecinos de Ansemil y Martixe tienen buena mano a la hora de medir las proporciones para comidas multitudinarias, porque de sus 90 kilos de carne y 75 kilos de garbanzos no quedó ni un gramo. A su segunda Festa dos Callos acudieron más de 400 personas -un centenar por encima de los comensales del año pasado-, llegados de parroquias vecinas como Breixa, Abades, Cortegada, así como del casco urbano.

La asociación vecinal y cultural de Ansemil-Martixe, así como el colectivo cultural y musical Gaiteiros da Pereiriña, organizan esta jornada gastronómica, que tenía su comienzo oficial a las 13.00 horas, con la Foliada da Pereiriña, pero que para los anfitriones comenzó ya el viernes por la noche, para adobar la carne y dejar los garbanzos en remojo y conseguir así una cocción más rápida. Las 25 personas que forman parte de la organización ya estaban en el campo de la fiesta a las ocho de la mañana, para repartirse el trabajo entre fogones y la preparación de las mesas, todo ello bajo carpa por si acaso el tiempo no acompañaba.

Pero sí que acompañó, y tanto: el sol primaveral no impidió unas temperaturas lo suficientemente frescas para que a pequeños y mayores les apeteciese un buen plato de callos, acompañados por empanada, pan, vino, postre y café. La foliada, como dijimos, comenzó a las 13.00 horas para que actuasen la Banda de Gaitas de Forcarei; O Son da Fervenza; Gaiteiros da Pereiriña; Pandereteiras de Siador; As Ruadeiras de Loimil; Xuntanza dos Regatos; Pau de Buxo; el grupo de gaitas Xirandola y las pandereteiras Lilaila de Orazo.

A las 14.30 horas, los comensales se pusieron manos a la obra. La comida se prolongó hasta bien entrada la tarde, de modo que la organización, tras recoger todos los enseres, pudo disfrutar de su más que merecido plato de callos a eso de las 21.00 horas. Eso sí, pensando ya en la callada del año que viene.