"El material está en nuestro poder", confirma la arqueóloga Pilar Fernández Pintos al ser preguntada por el paradero de los hallazgos que salieron a la luz durante la excavación del Castriño de Bendoiro. Fue ella misma quien dirigió los trabajos, entre los años 2007 y 2008, y a su empresa (Desenrolo e Obras de Arqueoloxía SC) le corresponde la ardua tarea de clasificar todo el material para su entrega, debidamente catalogado, al Museo Provincial de Pontevedra. En ello llevan ya un lustro..., ¡y lo que les queda! "Es un trabajo muy, muy minucioso y nos va a llevar todavía mucho tiempo", apunta la arqueóloga, que elude poner fecha al fin de obra.

Transcurridos más de cinco años desde la finalización de las excavaciones, nada se había vuelto a saber de los materiales que estas arrojaron a la luz. Vecinos de la zona se preguntaban adónde habían ido a parar los fragmentos líticos, metálicos y cerámicos encontrados en Bendoiro. En el Museo de Pontevedra, su lugar lógico de destino, nada saben del paradero de las piezas que durante siglos durmieron bajo el suelo de Bendoiro. Tampoco el Concello de Lalín, que el 20 de octubre de 2013 remitió una carta a la Dirección Xeral de Patrimonio interesándose por los hallazgos, sin que hasta ahora haya obtenido respuesta. Sin embargo, desde el departamento dependiente de la Consellería de Cultura si confirmaron a esta Redacción que el tesoro de Bendoiro sigue en poder de la firma arqueológica de Teo, extremo que ayer corroboraba Pilar Fernández Pintos. "Lo tenemos nosotros, pero hacemos la catalogación con calma, porque tenemos que atender otros trabajos", declara.

La arqueóloga subraya que les es "imposible" entregar todas las piezas, por ahora, pues solo de cerámica son más de 30.000, con abundancia de recipientes de uso doméstico. Si intentará aportar en breve el material lítico, formado por unos 300 elementos, entre molinos de mano, hachas, alisadores o un colgante en esquisto pulido. "La parte manual ya está hecha, pero queda informatizar todo, ficha por ficha, con fotos de cada una". De metal hay más de un centenar de piezas -de orfebrería en bronce, como un brazalete; de oro, como un alambre enrollado a modo de anillo; o una punta de lanza en hierro-, cuya catalogación lleva más tiempo, porque "tienes que localizar muchos dibujos, fotos..." de otros elementos similares para poder catalogarlos con precisión. También apareció una cuenta de collar realizada en pasta vítrea y con núcleo de oro o una moneda de la Caetra.