El Festival de Cine de Málaga ha encumbrado la película La cueva, dirigida por Alfredo Montero, otorgándole "biznagas" de plata en la sección Zonazine a la mejor película y al mejor actor y actriz del certamen. En el reparto de este largometraje, que cuenta la historia de la típica excursión de jóvenes amantes de la naturaleza que se convierte en un infierno tras adentrarse en una cueva que desconocen, se encuentra el lalinense Xoel Fernández, que estos días trabaja en la capital de España en una nueva experiencia teatral.

-¿Cómo está yendo la película tras su éxito en Málaga?

-Va que te cagas, la verdad. Si te soy sincero, esto nos ha superado un poco a todos. La película se rodó en 2012 y fuimos con ella a Sitges, donde el público es muy "gore", y gustó mucho. Fue allí donde la productora Morena Films apostó por ella y, desde entonces, triunfó en Rotterdam, Miami y, ahora, en Málaga, donde tanto el público como la crítica fueron muy favorables. A los cines llegará este verano, y espero que siga la buena racha.

-La película cuenta con algunas particularidades increíbles porque, por ejemplo, en ella no hubo dobles y las heridas son auténticas. ¿Fue tan duro?

-Y tanto. La cueva en las que nos metíamos para rodar era más pequeña de lo que pensábamos, reptábamos por galerías cuyo diámetro apenas iba de hombro a hombro y todo lleno de estalactitas. Terminamos por ponerle nombre a cada sitio como Capilla Sixtina o campamento base y así reconocerlas. Fue todo muy claustrofóbico y todos sabíamos que si nos pasaba algo durante el rodaje de La cueva, de allí no salíamos.

-¿Hasta qué punto una experiencia tan extrema como la del rodaje del film de Montero marca en la vida de un actor?

-Sin duda alguna, te ayuda un montón. Date cuenta de que el trabajo de situación todos los actores lo teníamos hecho. También te digo que son cosas que sólo haces una vez en la vida porque te lo juegas todo a una carta, como fue mi caso en este trabajo. Si te digo la verdad, el primer día de rodaje pensé que Alfredo estaba muy "tronado". De hecho, recuerdo que le llegué a comentar que se trataba de parecer de verdad lo que no es verdad. Costaba respirar allí dentro y en ninguna parte de la cueva te podías poner de pie. Todo el trabajo que hicimos allí no se podría haber hecho si los que estuvimos en el rodaje no tuviéramos una confianza absoluta en Alfredo Montero.

-No sé si sabe que se está organizando un colectivo para rehabilitar el cine Balado de Lalín. ¿Qué le parece la idea?

-Sería fantástico recuperar el cine Balado de Lalín. A mi me gustan más los cines de barrio que los multicines comerciales que tanto abundan ahora por todas partes. El cine Balado tiene un gran valor sentimental para mí porque fue donde estrené el cortometraje Bobo Furcia, con Álex Sampayo. Sería ideal que lo pudieran rehabilitar y proyectar en él, sobre todo, cine de autor porque es algo que no abunda mucho, y menos aún en sitios como Lalín.

-¿En qué proyecto está inmerso en estos momentos?

-Ahora estoy en una obra de teatro titulada Famélica legión, cuyo autor es Juan Mayorga, uno de los creadores más importantes de este país. El montaje es muy bueno y esperemos que funcione, también, bien. Además. el 2 de mayo vamos a estrenar Vigópolis, una webserie para internet que tiene muchas posibilidades de ir arriba, y dar el salto a la pequeña pantalla.

-¿En el canal autonómico, por poner un ejemplo?

-No sé, eso nunca se sabe. En el audiovisual es complicado saber, a veces, dónde pueden acabar tus proyectos, pero esta webserie tiene muy buena pinta y creo que encajaría muy bien.