La concatenación de temporales no da tregua y lejos de ver la calma tras la tempestad, las compañías de seguros de las comarcas viven jornadas de ajetreo. "Estamos a tope de siniestros estos días; saturados", reconoce Manuel Sanmartín desde la oficina estradense Sanmartín Gestión Correduría de Seguros. La mayoría de las corredurías consultadas coinciden en señalar que es frecuente que en las temporadas en que se registran incidencias como las de estos días aumenten las consultas de clientes para contratar seguros de hogar. Ocurre lo mismo cuando se producen oleadas de robos en la zona. "Aquí se hacen cuando viene el problema, mientras no", señala Sanmartín. Sin embargo, la cobertura de viviendas sigue siendo la gran asignatura pendiente. No es una práctica extendida debido, por un lado, a las limitaciones de las economías familiares y, por otro, a que su contratación no es obligatoria como, por ejemplo, en el caso de los automóviles.

Según datos del Instituto Galego de Estatística tirados de una encuesta de condición de vida de las familias, en 2007 Pontevedra era la provincia gallega con mayor número de hogares asegurados (el 56,53%), con un total de 181.095. Entonces, se situaba por encima de la media de Galicia (52,74%), que aglutinaba un más de 500.000 viviendas con algún tipo de póliza suscrita. La comparativa con respecto a 2002 refleja un incremento de la demanda en doce puntos porcentuales. La tendencia al aumento de la demanda en la zona se mantiene, a juzgar por los datos de las aseguradoras que operan en el área. El interés por preservar los inmuebles "se nota más en los últimos cuatro años; desde el inicio de la crisis la gente pregunta más, porque se mentaliza y piensa: ¿Si se me incidencia la casa, cómo hago otra? Antes era muy raro que te preguntasen por un seguro de hogar; ahora no tanto", explica Cristina Blanco, responsable de la oficina de Allianz situada en la Avenida do Parque de Silleda.

Más seguros, pero coberturas más limitadas. Comenta Antonio Lamas, de Segurlamas, en Lalín, que "ahora se aseguran menos conceptos que antes. Se quedan con lo básico, por el tema del precio", señala. En su caso, el incremento de clientes que ha venido notando en los últimos tiempos es "pequeño", aunque coincide con sus colegas de profesión en que, aún lejos de las expectativas deseadas, "cada vez hay más cultura de asegurar la casa porque perderla es un riesgo que tienes y trabajas toda la vida para ella. En eso sí se nota, sobre todo por los robos que está habiendo", señala. "Ya no es lo que te puedan llevar, sino los daños que te causan en la vivienda". Todo inmueble que cuente con algún tipo de cobertura, por mínima que sea, está amparado por el consorcio de compensación de seguros que, de otro modo, no se haría cargo de ningún desperfecto.

De la opinión contraria es Sanmartín. "Realmente aquí no hay cultura de asegurar la casa ni el piso porque el español hace solo lo que es obligatorio. Países como Francia o Suiza sí lo exigen", explica. Un dato que lo corrobora es el hecho de que en su correduría cuenta con casi 1.400 hogares asegurados, con una media de unos 150 nuevos al año. Un número mínimo si se tiene en cuenta que su área de cobertura abarca los municipios de Silleda, A Estrada, Cuntis, Moraña, Caldas, Vilagarcía, Cambados, Marín, Rianxo y Barro.

Aunque "desde hace unos ocho o diez años" los propietarios se preocupan más por dotar de este tipo de garantía a sus hogares, lo habitual es que "se aseguren antes las granjas que las casas", explica Nieves Couto, responsable de Seguros Bilbao en A Estrada. Proteger las explotaciones agrarias y negocios preocupa y mucho a sus propietarios puesto que, al fin y al cabo, son su sustento. Couto apunta dos factores que explican el incremento de la demanda. Además de que "cambió la concienciación de los dueños, que ven que están toda la vida luchando por tener esa propiedad, y por falta de un seguro pueden quedar sin ella rápidamente", otra de las circunstancias que motiva el repunte "es el cambio climático que está habiendo", ante el que prefieren estar prevenidos.

Sanmartín apunta que en su caso no sobrepasa las 100 explotaciones agrarias con pólizas. "La gente tiene más conciencia en este caso, porque le va al bolsillo, pero aún así no hay conciencia de aseguramiento", admite.

Pólizas "antirrentables"

Por poner un ejemplo, contratar un seguro completo para un piso construido en 2005, de 90 metros cuadrados con un mobiliario valorado en 30.000 euros cuesta alrededor de 175 euros. Para una vivienda unifamiliar de 150 metros, ronda los 210 euros. Son los cálculos que ofrece el responsable de Segurlamas.

En opinión de Sanmartín, los seguros de hogar son un producto "antirrentable" para las compañías, "porque son excesivamente baratos y las coberturas son una barbaridad", sostiene. "La prima es absolutamente insuficiente para darle cobertura a los siniestros", pero, aún así, las casas que cuentan con este servicio siguen siendo minoritarias.