Solo los perros advirtieron la presencia de los agentes de la Guardia Civil momentos antes de que liberasen al empresario cambrés que permaneció cinco días retenido en una granja aislada de Xar, en la parroquia lalinense de Barcia. Sus ladridos eran lo único que rompían la tensa calma del operativo de rescate que arrancó en la madrugada de ayer en la pequeña aldea y culminó horas después en el concello coruñés de Melide, dejando un balance de siete detenidos, dos de ellos con antecedentes, en un caso, por homicidio.

La liberación del empresario maderista puso fin a la agonía de la familia y se produjo justo cuando expiraba el plazo de cinco días fijado por los raptores para entregarles 70.000 euros bajo la amenaza de matarlo. Fue una operación rápida que concentró de madrugada en Lalín un amplio dispositivo coordinado por la Comandancia de A Coruña y en la que participaron agentes desplazados desde Madrid del equipo de extorsiones y secuestros de la Unidad Central Operativa y de la Unidad Especial de Intervención. En total alrededor de 50 agentes.

A las dos de la madrugada los agentes se adentraban en la casa más alejada de Xar, donde residen sólo 30 vecinos. Era noche cerrada, el termómetro marcaba 6,5 grados. Estaba a punto de cumplirse el plazo de cinco días que los raptores habían dado a la familia y la Guardia Civil y la comisión judicial aguardaba en completo silencio en las inmediaciones de la vivienda aguardando una señal de la Unidad Especial de Intervención. Fueron los agentes de este grupo los que irrumpieron en la vivienda y pusieron fin al cautiverio de A.D.N.

Los efectivos se valieron de un ariete para echar abajo la puerta de la granja en la que se escondían cinco de los detenidos, un matrimonio entrado en años, E.S.T. y M.M.T.; su hija, I.M.S. y dos hombres de entre 50 y 60 años, uno de ellos un vecino de la localidad. Les acompañaba un menor de edad, de 14 años, nieto del matrimonio y que ya ha sido puesto bajo la custodia de su padre. La irrupción de las fuerzas del orden cogió a los raptores totalmente desprevenidos. Ni siquiera tuvieron tiempo para hacerse con la pistola de pequeño calibre que hallaron durante el registro en una de las dependencias.

En el cobertizo anexo, en un galpón de dos metros cuadrados, los efectivos hallaron a A.D.N. "No podía creérselo", relataba uno de los agentes justo al término de la operación. Efectivos experimentados, con más de 15 años de trabajo a sus espaldas, no ocultaban su sorpresa por las condiciones "infrahumanas" en las que los captores mantuvieron al rehén.

Este empresario cambrés de 41 años permaneció durante cuatro días con el rostro cubierto, maniatado, tumbado en un sucio jergón, con la almohada a escasa distancia del montón de serrín que depositaron en un extremo del habitáculo "para que hiciese sus necesidades".

Pálido, aterido de frío, confuso y "muy mareado", el secuestrado respondió a las preguntas de sus liberadores antes de ser trasladado al centro médico para un reconocimiento y de ahí a su domicilio en Cambre. No sufrió golpes. De sus captores solo recordaba las voces. Algunas más amables que otras, relató. Y sus amenazas. Las únicas muestras de atención que recibió durante un cautiverio que se le hizo interminable fueron un menú diario que comía en un jergón.

Cita en un monte de Aranga

El empresario relató a los agentes que un hombre le citó el pasado sábado, día 18, en una pista forestal de Aranga con la excusa de venderle unos montes para el aprovechamiento de la madera. Al llegar, le encañonó con un arma y al momento varios hombres le abordaron y le introdujeron por la fuerza en el maletero de un vehículo. Tras viajar durante horas lo trasladaron al cobertizo del que ha sido liberado cinco días después.

Su rescate y la detención de los cinco supuestos custodios centró la primera fase de una operación que concluyó horas después en el ayuntamiento coruñés de Melide. Los agentes seguían la pista de otras dos personas involucradas en el rapto, entre ellos, uno de los cabecillas. Se trataba de un padre y su hijo que fueron arrestados alrededor de las ocho de la mañana tras una larga persecución por vías secundarias. En el momento en que se vieron cercados, los ahora detenidos embistieron al vehículo de la Guardia Civil. Ambos coches quedaron prácticamente inutilizados.

Según ha podido saber este periódico, los cabecillas del secuestro de A.D.N. son dos hermanos de mediana edad que se valieron de la casa en Lalín de los padres de la novia de uno de ellos para ocultar al empresario. Un plan que, según la Guardia Civil, comenzó a gestarse hace más de tres meses. Los cabecillas tenían antecedentes penales, uno de ellos por homicidio, y tenían episodios anteriores de extorsiones. Al parecer, no conocían personalmente al empresario coruñés.

La operación continúa abierta y la Guardia Civil no descarta nuevas detenciones. Los detenidos continúan en el cuartel de Lonzas y está previsto que pasen en breve a disposición de los juzgados de Betanzos. Hay que añadir que una de las juezas de las dependencias de Lalín estuvo presente durante el dispositivo para detener a los implicados en el secuestro. La Guardia Civil barajó en un primer momento que el secuestro hubiese sido urdido para saldar una deuda contraída por el maderista. La posibilidad ha sido descartada y la propia familia del secuestrado se encargó de desmentir. El instituto armado encuadra el caso dentro de los denominados "secuestros extorsivos" en los que ni el cautivo ni su familia no conocen a los raptores.

Cautela de los medios

El delegado del Gobierno, Samuel Juárez, el general jefe de la Guardia Civil en Galicia, José María Feliz, y el coronel jefe de la comandancia coruñesa, Benedicto González comparecieron ayer en rueda de prensa para explicar el dispositivo y los tres celebraron la resolución del caso que les obligó a trabajar a contrarreloj y agradecieron la cautela de los medios que evitaron informar del suceso hasta su resolución, entre ellos FARO.