La Artística de Merza presenta el próximo sábado (20.30 horas) en el auditorio de la parroquia un libro que repasa sus 185 años. Está escrito por la joven pontevedresa Nuria Barros Presas, licenciada en Historia y Ciencias de la Música y máster en Música, Comunicación e Instituciones en la España Contemporánea. Actualmente estudia en Oviedo, con una beca de formación de profesorado universitario.

-El libro lleva por título Banda Artística de Merza: O Cultivo dunha herdanza musical. ¿Qué le lleva a elegir esta formación para su investigación?

-La idea surge una vez que termino la licenciatura, en 2009, y decido continuar mis estudios cursando un máster. Me encuentro en la situación de tener que decantarme por un tema de investigación para el trabajo de fin de máster y decido tomar las bandas de música como un objeto de estudio por tratarse de un campo de investigación rico, fértil e, inexplicablemente, muy poco explorado. La necesidad de acotar el tema me llevó a centrarme en una agrupación concreta y fue cuando me decidí por la de Merza, dado que sus extensos límites temporales de vida me permitían ahondar en la realidad bandística en toda su amplitud. Era una de las bandas con mayor prestigio.

-¿Qué cuenta en su obra?

-Ofrece al lector la oportunidad de aproximarse al discurrir histórico de una de las agrupaciones de más arraigo de nuestro país y brinda la posibilidad de comprender y valorar el papel que este tipo de agrupaciones musicales desempeñaron en pro de la democratización musical y dinamización cultural. Pueden encontrar la evolución experimentada por el estatus del músico, la vestimenta, el instrumental, los espacios de reproducción y representación, etc.

-¿Ha realizado trabajo de campo con los músicos?

-Empecé por consultar fuentes de información documental, fotográfica, musical, bibliográficas, sin olvidarnos de las hemerográficas. De hecho, hice un arduo trabajo de vaciado de prensa. Y al mismo tiempo, recogí datos observando directamente a la agrupación, realizando cuestionarios y 29 entrevistas a músicos, al director o al alcalde. El trabajo fue durante el curso 2009-2010, y a lo largo de los últimos tres años lo transformé en libro.

-¿En dónde cree que radica el éxito de la permanencia de la formación 185 años después?

-En realidad, no pude constatar los años. Pude recoger que existe esa tradición oral en Merza, pero empecé a documentar su existencia a partir de 1872-1873. La singularidad más destacable quizás sea la imbricación de la agrupación en el tejido social en el que se inserta. Diría que es una de las razones fundamentales. Merza es clave en la génesis y desarrollo de la agrupación por su idiosincrasia. No hay más que observar el número de hogares con miembros vinculados a la actualidad musical. De un total de 166 casas registradas en el censo de Merza, cerca del 50% cuenta o contó con algún músico entre sus miembros.

-¿Qué fue lo que más le sorprendió durante su trabajo de investigación?

-Quizás las primeras etapas de la evolución de la banda fueron las que más calaron en mí; dada mi edad es la que más desconocía. Me llamó la atención cómo los músicos llevaban la praxis musical incluso, pasando semanas fuera de casa. En la etapa actual me parece asombroso que de 117 músicos, 45, casi la mitad, ejerce algún tipo de profesión vinculada a la música. Cómo de aquellos labriegos y ganaderos el estatus cambió y ahora proliferan un gran número de profesionales.