Una empresa calderera ubicada en el polígono Lalín 2000 es la primera de España en introducir en el mercado los silos plásticos para alimentos realizados en polietileno. Con menos de un año de existencia, Profeplas lidera desde la cabecera comarcal dezana un sector que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. La firma está comandada por el lalinense José María Carballo, que se encarga de la contabilidad de la empresa, junto a su socio José Ignacio González Porto, natural de Silleda, experto en cuestiones específicamente técnicas, tal y como cuenta el primero mientras muestra orgulloso algunas de las enormes piezas que atesora la nave de esta empresa pionera.

"En Galicia no hay ninguna calderería plástica", asegura José María Carballo para subrayar el carácter único de Profeplas en este segmento dentro de la comunidad autónoma. Carballo reconoce que los comienzos no fueron fáciles, sobre todo porque la crisis hacía pensar cuando empezaron que todo podría irse al garete, aunque, como también recuerda este empresario, el tiempo ha terminado por darles la razón pudiendo cubrir desde Lalín un hueco importante en una rama de la calderería que todavía está en proceso de expansión por medio mundo.

De hecho, el nombre de Profeplas (acrónimo de Profesionales del Plástico) ya es conocido en varios continentes. "A nivel local la clientela está creciendo de forma exponencial, pero ya exportamos material a países como Guinea Ecuatorial, a Cuba a través de una empresa europea, y también a Finlandia e Italia, entre otros puntos del extranjero", indica José María Carballo. Las solicitudes provienen de lugares tan dispares debido, precisamente, a la escasez de profesionales dedicados a la construcción de "depósitos de hasta 50 mil litros en diversos materiales", explica Carballo. Los responsables de esta empresa lalinense no descartan seguir ampliando horizontes en el apartado de sus exportaciones y aprovechar el tirón que tienen este tipo de recipientes en determinados sectores estratégicos empresariales.