Otra preocupación del gobierno local es la presencia de perros sueltos en el Paseo do Pontiñas. Además de que en casos puedan dejar excrementos, algunos dueños dejan en libertad a los canes, cuestión que provoca recelos entre algunos de los numerosos vecinos que eligen este espacio natural para pasear o hacer deporte.

Además, el paseo cuenta con un carril bici -bastante usado en la segunda fase, tras la Avenida Cuiña- en el que los canes pueden provocar accidentes fortuitos. De hecho, alguno ya se ha producido.