Además de la virulencia del fuego durante 2011, en estos 13 años se produjeron otros veranos negros, como el de 2002 (con 548 hectáreas quemadas en Deza y otras 255 en Tabeirós-Terra de Montes) y 2005 (con 409 hectáreas quemadas en la comarca de Deza. La periodicidad con que se producen las oleadas de incendios en las comarcas da una idea de la necesidad de la reorganización de montes que piden desde hace tiempo los sindicatos agrarios, para poner en producción tierras abandonadas y, por tanto, frenar la propagación de los incendios y la erosión de los suelos. En los últimos días y debido a las previsiones de escasas cosechas de maíz, el sector agrario pide que se suspenda la prohibición de pastorear en tierras quemadas por un período de entre tres y cinco años.