A Darío Guzmán el jabalí le destrozó el maíz con el que podría dar de comer a sus capones y cerdos durante cinco o seis meses, en Ansemil (Silleda). "Pienso no les quiero dar, lo evito todo lo que puedo, así que tendré que comprar maíz". El ataque se produjo entre el lunes y el martes, y de sus 15 ferrados "destrozaron mucho". "Lo que tenemos aquí en esta zona es un refugio de fauna, pero nos vienen a hacer daño, no sé cuál será la solución". No fue el único vecino que se encontró espigas esparcidas por el suelo, puesto que el martes por la noche se produjo algo similar en un cultivo cercano de otro vecino.

Guzmán se queja de la situación de este refugio, y va a dejar constancia ante Medio Ambiente. "Que pongan el refugio en el medio de la sierra del Candán, donde no hace daño a nadie, pero no aquí, en medio de las casas. Esto no es obra de uno solo", dice este agricultor. "Aquí hay 6, 7 ó 10 jabalíes, puede que una jabalina con piara". Pide que se puedan hacer batidas, o que se quite el refugio de fauna, "que es una lacra que tenemos aquí". Indignado por las cuantiosas pérdidas, afirma que "así no podemos seguir".

Sin ayudas desde 2009

La indignación de Guzmán es similar a la que muestran todos los afectados por daños en maizales, prados e incluso silo que produce el jabalí desde hace cuatro años, los mismos que pasaron desde que la Xunta dejó de pagar estos destrozos. En 2009 sí había consignación presupuestaria, pero no llegó a ejecutarse. El secretario de Acción Sindical de Unións Agrarias, Javier Iglesias, puntualiza que, a pesar de la falta de dinero, si se comunican los daños a Medio Ambiente envían un agente para que tase las pérdidas, "como si la normativa estuviese en vigor y hubiese fondos". Aunque las batidas comenzaron el pasado sábado, día 17, la sequío dificulta la labor de los perros.